Un velatorio debajo de un puente en el suburbio de Chamelecón en el municipio de San Pedro Sula, Cortés, refleja este miércoles el drama humano de miles de familias damnificadas por el paso de las tormentas tropicales Eta y Iota que hoy sobreviven en improvisadas covachas y que poca o nula ayuda han recibido.

Sin bien las autoridades instalaron diferentes albergues en el país tras la emergencia, decenas de hondureños no lograron un cupo en los mismos y tuvieron que improvisar.

A más de dos meses del paso de Iota aún estos hondureños permanecen en refugios improvisados tanto en la capital como en la zona norte de Honduras, una de las afectadas por los meteoros climatológicos.

Estos hondureños deben sobrevivir cada día y acciones tan esenciales para sus derechos se convierten cada día en un reto casi imposible de superar.

Velatorio

Suly Díaz, hija del hoy occiso, vela a su padre bajo un puente de Chamelecón, y clama ayuda para poderlo transportar hacia el cementerio público local ya que el cadáver ya sobrepasa las horas recomendadas de velación sin preparación.

“Es demasiado doloroso… solo pedimos ayuda para transportar a mi padre y darle la sepultura”, comentó a un periodista.

Su padre murió por causas indeterminadas y fue encontrado sin vida en las cercanías del sector, compartió.

“La verdad estamos en la calle, estamos abajo del puente, recibimos lluvia y de todo y hoy solo pido ayuda para transportar a mi padre al cementerio de Chamelecón”, exteriorizó.

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