Los grandes simios forman parte, junto con los humanos y los gibones, del grupo de los primates antropomorfos, o primates con forma humana, lo que significa que son nuestros parientes vivos más cercanos en el árbol evolutivo.

Hace ya décadas que la famosa primatóloga Jane Goodall demostró que los chimpancés pueden fabricar una gran variedad de herramientas, como ramas, piedras y hojas, para obtener alimento, mientras que se sabe que los gorilas son capaces de mostrar habilidades que hasta hace poco se pensaba que eran exclusivas de los humanos, como la capacidad de reconocerse frente a un espejo, un acto que refleja un cierto grado de autoconciencia y que únicamente se ha documentado en pocos animales, entre ellos algunas aves y delfines.

Es lógico, pues, que algunos de los comportamientos de los grandes simios nos parezcan, cuanto menos, familiares.

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