La Policía Nacional en Valencia ha desarticulado una red criminal que retiraba cadáveres de la morgue de hospitales y residencias de forma fraudulenta para venderlos a instituciones educativas y de investigación.

Este hecho ha suscitado una gran cantidad de dudas sobre el funcionamiento de la ley que envuelve estos procedimientos, pero también ha vuelto a poner de manifiesto que se trata de una regulación firme que no admite dudas en cuanto al uso post-mortem de los cuerpos se refiere. 

En un acto totalmente voluntario y altruista todos los individuos podemos tomar la decisión de donar nuestro cuerpo a la ciencia después de la muerte, que será utilizado con fines de investigación o docentes, principalmente por profesionales de las ciencias de la salud. 

En España, la donación de cuerpos a facultades médicas u hospitales es una práctica estrictamente regulada, que debe seguir una serie de trámites y procedimientos específicos para que cada cuerpo pueda ser usado por la ciencia. Este proceso existe para garantizar que su uso es legítimo y ético

Por ejemplo, a diferencia de la legislación de Estados Unidos, la donación del cuerpo es un acto de voluntad propia y solamente puede hacerse en vida mientras te encuentras en plenas capacidades mentales para tomar esta importante decisión personal. 

Pero, ¿qué ocurre exactamente con tu cuerpo una vez se ha cedido con fines científicos? Conocer la respuesta a esta pregunta puede ayudar a entender la importancia de estas donaciones

VIDA CIENTÍFICA TRAS LA MUERTE

Del mismo modo que ser donante de órganos ayuda a salvar vidas, ceder tu cuerpo aporta grandes conocimientos a la comunidad científica que posteriormente se traducen en beneficios similares para la sociedad. En términos generales, también ayudarás a salvar vidas porque tu cuerpo se habrá usado para estudiar y mejorar las prácticas existentes. 

Si has decidido que tu cuerpo tome este camino tras tu muerte, los trámites son relativamente sencillos: tendrás que darte de alta como donante en una facultad de medicina u hospital acreditado de tu interés y cercano a tu lugar de residencia, preferentemente de forma presencial, confirmando que aceptas este procedimiento de forma voluntaria, y aportar uno o más testigos.

Asimismo, tienes la obligación de informar a tus familiares de este acto ya que serán los encargados de contactar con la institución llegado el momento, para que envíen un servicio funerario a recoger el cadáver. Al tratarse de un acto voluntario, puedes cambiar de opinión en cualquier momento, sin que exista ningún compromiso que lo impida. 

Una vez el cuerpo llega a las instalaciones de la institución receptora escogida, los cuerpos son despojados de sus datos personales y pasan a identificarse mediante números, sujetos todavía a la Ley de Protección de Datos

Lo más habitual es que los cuerpos se usen unas cuantas veces y durante un periodo de tiempo largo que puede llegar hasta varios años, por lo que será importante que la institución los reciba y los trate en un periodo de 36 horas tras la muerte del donante, como máximo. Para evitar que se pudran, podrán ser tratados con formol u otras técnicas adecuadas según el uso que se le vaya a dar, como el embalsamado o la congelación. 

Algunos de estos usos incluyen el entrenamiento de estudiantes de medicina y enfermería en cirugías o curas, la práctica de técnicas innovadoras de especial dificultad, y la prueba de nuevos tratamientos o herramientas que todavía están en fase experimental, entre otros. 

Tras un tiempo, cuando los expertos determinan que a un cuerpo ya no se le pueden dar más usos científicos, se procederá a su entierro o la incineración, un servicio que corre a cargo económico de la institución receptora

DONAR ÓRGANOS Y DONAR TU CUERPO A LA CIENCIA NO ES LO MISMO

Se trata de dos conceptos realmente distintos, con requisitos y trámites opuestos. La donación de órganos implica que una o varias de estas partes del cuerpo del donante se trasplantarán a un cuerpo receptor, tras lo cual el cuerpo será devuelto a la familia para que pueda ser enterrado o incinerado.

Para que esto pueda ocurrir, solamente una persona sana podrá convertirse en donante. Además, la decisión de donar órganos tras la muerte no es solamente personal, sino que la familia también puede tomarla a posteriori

Para la donación a la ciencia todos los cuerpos de personas mayores de edad son válidos, exceptuando el de aquellas que hayan sufrido muertes por causas no naturales, por enfermedades contagiosas o radioactividad. Sin embargo hay otros factores que pueden hacer que un cuerpo sea rechazado, por ejemplo que la muerte esté bajo investigación policial, que el cuerpo haya recibido una autopsia o que las instalaciones de la institución elegida estén llenas en ese momento. 

Una persona puede hacer trámites para ser donante tanto de órganos como de cuerpo, pero llegado el momento no podrá ser las dos cosas. En este caso tendrá prioridad la donación de órganos, lo cual significa que el cuerpo se descarta para ser usado por la ciencia. 

LA LEY ESPAÑOLA Y el caso de valencia

Bajo ciertas premisas generales anteriormente mencionadas, cabe destacar que cada comunidad autónoma puede aplicar reglamentos propios para regular las prácticas sanitarias sobre cadáveres y servicios funerarios. 

Sin embargo, una cuestión está clara: se trata de un acto voluntario y no se efectuará ningún pago al donante, a sus familiares, ni a la institución que entrega el cuerpo a la facultad médica u hospital de destino.

Por tanto la venta de cadáveres, aunque su finalidad sea realizar estudios científicos, queda totalmente prohibida por la misma ley que impide la comercialización de órganos o la recepción de compensaciones económicas por donarlos. 

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