El pasado viernes 13 de octubre de 2023 la NASA lanzó exitosamente su nueva misión dirigida a un peculiar asteroide que orbita el Sol entre Marte y Júpiter. 

La sonda Psyche ha sido lanzada desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, mediante el cohete Falcon Heavy de Space X y ya ha abandonado la atmósfera terrestre, iniciando un largo viaje interplanetario que durará 6 años y durante el cual recorrerá más de 350 millones de kilómetros. 

El asteroide ha sido observado con telescopios terrestres y espaciales durante aproximadamente una década, y de este se destaca su forma irregular y su diámetro de alrededor de 200 kilómetros, siendo uno de los más grandes que se conocen de su tipo.

Es en 2015 cuando la NASA selecciona la misión Psyche, entonces en una fase inicial de estudio, para desarrollarla y considerarla para el Programa Discovery. Un equipo de científicos e ingenieros, entre otros, dirigido por Lindy Elkins-Tanton trabajó en el estudio, que finalmente fue aprobado en 2017.

A partir de entonces se inicia el proceso de diseño de la nave espacial y los instrumentos necesarios para que ésta pueda completar su misión, que ha culminado con su lanzamiento este mes de octubre. 

¿Cómo será el viaje hacia psyche?

Tras abandonar la Tierra, la nave empezará un periodo de reconocimiento de 100 días antes de encender sus propulsores, para asegurar que todos sus componentes funcionan de forma óptima. A continuación iniciará su viaje hacia el destino final, pasando cerca de Marte en 2026 para conseguir un impulso gravitatorio, y alcanzando el asteroide Psyche en 2029. 

La NASA espera que en agosto de 2029 la sonda empiece un periodo de órbitas alrededor del asteroide que durará 26 meses, y durante el cual podrá tomar fotografías y recopilar datos sobre la superficie y composición del cuerpo celeste usando tecnologías diversas, como un generador de imágenes multiespectral y espectrómetros. 

UNA MISIÓN INNOVADORA

El objetivo de esta misión es estudiar un asteroide particular, el 16 Psyche, cuya característica distintiva es su composición predominantemente metálica que podría contener hasta un 60% de níquel y hierro, a diferencia de la mayoría de asteroides que están compuestos por rocas y hielo. 

Extensas investigaciones geológicas y astronómicas llevadas a cabo durante décadas indican que muchos planetas, entre los cuales se incluye la Tierra, tienen un núcleo que presenta elementos metálicos. Sin embargo, estos núcleos permanecen inalcanzables de forma directa. 

Por tanto, no es solamente la extraordinaria riqueza de sus materiales lo que intriga a los científicos de la NASA, sino la posibilidad de que ese asteroide sea, en realidad, el núcleo de un planeta primitivo que ha perdido sus capas externas o que nunca terminó de formarse. De ser así, su estudio podría desvelar muchos de los enigmas del Sistema Solar relativos a la formación de los planetas y sus campos magnéticos.

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