La guardia está atiborrada de gente; muchos no tienen ni siquiera lugar para sentarse; la espera es de 4 a 6 horas para que un clínico, exhausto, atienda a los que se acercan preocupados por su salud. Las caras de los pacientes denotan sufrimiento, agotamiento, angustia. Según cuenta una doctora, muchos llegan con síntomas relacionados con el dengue, como la fiebre y el dolor en las articulaciones, y de ellos, son muy pocos los que no tienen la enfermedad. La epidemia por la que está atravesando la Argentina deja lugar a algunas dudas, entre ellas, qué pasó para que el país se quede sin un básico que ayuda, y mucho, a combatir la picadura de un mosquito que está haciendo estragos en la población. Y, qué se puede hacer, ahora que el frío está llegando, para estar mejor preparados para la vuelta del calor en la próxima primavera-verano.

En lo que va de la temporada 2023/2024 (semana 31 de 2023 hasta la semana 13 de 2024) se registraron en la Argentina 232.996 casos de dengue, de los cuales 215.885 fueron este año, según registra (de esta manera, con el recuento de semanas) el último Boletín Epidemiológico Nacional. Hay 495 casos cada cien mil habitantes. Ya murieron 161 personas víctimas de la enfermedad.

Este no es un problema que afecta únicamente a la Argentina. En América, el mosquito Aedes aegypti, responsable de la enfermedad, está en todo el territorio, excluyendo a Canadá y Chile. El 2023 fue el año de mayor registro de casos, con un total de 4.569.464, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El número de casos se incrementó en las últimas cuatro décadas: pasó de 1.5 millones acumulados en los 80, a 16.2 millones del 2010 al 2019. Este número es alarmante: durante 2024 ya se notificaron 3.578.414 casos.

El aumento de contagios “es motivo de preocupación, ya que representa tres veces más que los reportados para esta misma fecha en 2023″, afirmó el director de la OPS, Jarbas Barbosa, Los países más afectados son Brasil (83%), Paraguay (5,3%) y Argentina (3,7%), que concentran el 92% de los casos y el 87% de las muertes.

Este incremento se debe a la propagación del mosquito, que es más alta debido al clima cálido y lluvioso. El director de la OPS señaló también que la epidemia se está extendiendo a nuevas áreas geográficas, lo que plantea la preocupación de que algunos países no estén preparados para enfrentar un aumento en la transmisión.

Como lo demuestran los números, el dengue no llegó ayer y de imprevisto. En la agencia de noticias Reuters comunicaron que “la primera epidemia de dengue de esta envergadura encuentra al país (la Argentina) desprotegido frente a un virus tropical que ha sido empujado al sur por el fenómeno de El Niño y el calentamiento global…En la Argentina, la epidemia se ve favorecida por la escasez de repelentes resultante de la inesperada demanda…”

Desde otros países

Ante el aumento exponencial de la demanda en la Argentina, es inevitable ir hacia otros mercados, sobre todo porque la producción local no alcanza para todos. Pero la operatoria para comprar afuera lleva un tiempo, por lo que es clave la previsibilidad y no llegar al agotamiento del stock.

“En comercio internacional hay un tiempo de tránsito que es largo. No todos los países industrializados hacen repelentes. Hay que salir a buscar en el mercado internacional y esto lleva tiempo”, dice Fernando Furci, al frente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA).

Según fuentes relacionadas con el sector, en el mejor de los casos, si la importación viniera de Brasil, “no es que hay un stock de 300.000 unidades o algo similar para embarcar inmediatamente. Hay que hacer un pedido, que entrará en producción, y esto puede tardar. En total serían entre 10 y 14 días para la llegada del producto por camión comprando a un país limítrofe. El problema es que Brasil también tuvo algunos temas de abastecimiento (menos graves que los de la Argentina), principalmente por la demora en la importación de los componentes básicos de los repelentes. Luego se pasa a buscar productos a países donde hay que traerlos en barco, ya que por avión los costos se incrementan por tres (con su consecuente traslado a precios). Si se compra el producto en China, por ejemplo, tardará 40 días en llegar; a Estados Unidos, serán unos 20 días, lo mismo que en Europa. También hay que sumar los tiempos de organización, ponerlo en el mercado y distribuirlo a toda la Argentina, lo que lleva unos días más. No es que en 48 horas va a haber repelente”, afirma un experto en comercio exterior.

Hay que tener en cuenta que se pueden traer aerosoles por avión, pero esto tiene costos adicionales por ser mercadería IMO (peligrosa).

Según la cámara, “desde el jueves de la semana pasada que recibimos muchas consultas de empresas que están analizando la manera de abastecer de repelente lo más rápido posible al mercado local. Recalcan que el abastecimiento es un desafío. En el comercio internacional nada llega inmediatamente”.

En la Argentina son pocos los que elaboran el producto. Fuentes de la Secretaría de Comercio aseguran que fue muy abrupto el crecimiento de la epidemia y que este año la demanda creció por cinco.

La multinacional SC Johnson es la responsable del 80% de la producción de repelentes que llega a los consumidores locales. En tres comunicados, informó que están elaborando “tres veces más de lo habitual y aprobando la venta de distintos formatos de envases para poder maximizar la producción”. Aseguran que “en comparación con el mismo período del año anterior, en febrero de 2024 registramos un crecimiento de más del 300% en la demanda de nuestros repelentes”.

Por otro lado, la empresa implementó nuevas acciones y dice que, de manera excepcional “estamos importando insumos de forma aérea, logrando traer de manera más rápida aquellos activos utilizados para la fabricación de OFF!®, Fuyí® y Raid®”. También están importando productos desde Polonia, entre otros mercados, que “estarán arribando próximamente”, sostiene la empresa. Son un total de 120.000. Ya llegaron al país otras 20.000 unidades que fueron donadas a la población más vulnerable. Dicen fuentes de la empresa que los dos principios activos que son Deet e Icaridina y “se consiguen perfectamente”.

Hay otros actores en el negocio pero con menor participación en el mercado. Y también está una empresa que decidió que la Argentina no era viable para este producto. En noviembre de 2017 Unilever lanzó LivOpen, una marca nueva a nivel global “siendo Argentina el primer país del mundo que la lanza en el formato de repelente en aerosol”, comunicó en ese momento. En ese entonces la empresa ya hablaba de la importancia de la concientización de la población en la prevención del dengue, zika y chikungunya. Sin embargo, el año pasado abandonó este mercado, porque tenía una baja participación, pero también porque no podían importar los insumos que necesitaban dada la falta de dólares en el Banco Central y las trabas a las importaciones que esto traía como consecuencia.

El experto en comercio internacional Marcelo Elizondo opina que el efecto derrame de estas medidas que impedían importaciones fue muy perjudicial para la sociedad argentina en su conjunto. “La producción nacional está por debajo de lo que podría ser por los límites a la importación de insumos ocurridos en años anteriores. Estaba todo trabado para las compras externas, con las Siras y los pedidos de dólares que el Banco Central no concedía”, dice. Asegura que “cuando hay límites para la importación se afecta a la producción y mucho más cuando todo es discrecional. Acá (por el producto que dejó de estar en el mercado local) hay un ejemplo del daño que genera el límite a la importación que en realidad se ve muchos planos. La recuperación del acceso a insumos no se da de un día para el otro”.

Para Enzo Zamboni, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Santa Fe (Cacesfe), tiene que cambiar la cultura de la Argentina relacionada con el comercio exterior y debe haber más oferta. “Comerciar con el exterior no es malo. No es solo el intercambio de mercaderías, es el intercambio cultural, de ideas, de información, que te permiten insertarte como país en el mundo. Hay una epidemia de dengue que tiene un antecedente desde 1960. Pero éste es el país de la imprevisión. Agrega que “no se hizo jamás un plan de producción de lo mínimo indispensable para que el país sea sustentable en el caso de crisis”.

Otra fuente relacionada con el sector empresario afirma que “yo creo que nadie vio la necesidad imperiosa de tener mucho repelente este año. Son muy pocos los oferentes”.

Facilidades

El Gobierno flexibilizó dos aspectos muy importantes por 30 días. El primero, traer un repelente con ciertos principios activos sin la autorización del Anmat para importar. La segunda es que lo pueda importar cualquier empresa que inclusive no este registrada en Anmat, según explica Furci.

Desde fuentes cercanas a la Secretaría de Comercio agregan que aún antes había facilidades para importar la canasta básica de los productos de higiene personal y de medicamentos, con un plazo reducido de pago a 30 días, y que “fueron eximidos del pago de determinados impuestos a la importación como es el IVA adicional y el anticipo de Ganancias”.

Según la CIRA, estas acciones se suman a otras medidas como las siguientes:

La eliminación de las licencias automáticas y no automáticasLa eliminación de la declaración de la capacidad económica y financiera para poder pedir una importación.La eliminación de las Siras y la creación del Sistema Estadístico de Importaciones, SEDI.La implementación de la declaración jurada de deuda de importadores a los efectos de solucionar como se pudo cómo se pudo, y no de la manera más confortable, la deuda de importaciones.La eliminación del Registro Único de Matriz Productiva (RUMP) que era una traba que se aplicaba en general a las empresas.La reactivación y la actualización que todavía está en marcha de los de los procesos de normas técnicas.Estos días salió una norma muy importante que elimina el canal rojo obligatorio para ciertas mercaderías importadas.

Puerta a puerta

Para particulares y novatos, consultado por LA NACION, desde DHL Express recomiendan tener en cuenta los siguientes aspectos para comprar repelentes en el exterior mientras esté vigente la disposición de no intervención de Anmat. Esto es por 30 días contados a partir del 8/4/24.

Ingresar a la página web de la compañía de venta minorista de preferencia. Siempre es importante verificar la confiabilidad de un enlace antes de hacer clic en él. Una forma de hacerlo es asegurarse de que la URL comience con https, lo que indica que el sitio utiliza un protocolo más seguro para la transferencia de datos.Al momento de elegir el/los productos, priorizar las versiones en crema o spray. Los aerosoles, en general, están sujetos a restricciones debido a cuestiones de seguridad en los vuelos.Tener en cuenta que se pueden adquirir hasta US$1000 FOB (“libre a bordo”, por sus siglas en inglés) o hasta 50 kg. por envío.Para realizar un envío directo y sin demoras a través de cualquier servicio de Courier, es imprescindible contar con la clave fiscal y domicilio fiscal electrónico, los cuales se obtienen a través del sitio web de la AFIP. Estos requisitos son fundamentales para agilizar el proceso de envío y asegurar que la mercancía llegue a su destino sin contratiempos.El servicio Courier se encargará de entregar la compra a domicilio.

Acciones de mejora

Según Elizondo, ante la liberación de la importación de repelentes, “la verdad es que el Gobierno está en una transición desde un modelo de comercio exterior muy restringido, que había el año pasado, a uno nuevo. Pero lo que tenemos todavía es un mercado importador que sigue dependiendo de la autorización del Gobierno”.

Agrega que “lo que tiene que ocurrir es que los consumidores compren y vendan en el exterior y las empresas también. No habría que esperar una autorización del Gobierno. En cualquier lugar del mundo, si hay un problema de exceso de demanda por una emergencia como ésta se puede importar desde los lugares donde no la hay y existe oferta. Todavía hay un cronograma de acceso a dólares para las importaciones y además no se han podido eliminar otro tipo de límites a las importaciones, como el Impuesto País”, advierte.

Elizondo sostiene que “tenemos una economía muy cerrada, el año pasado fuimos, otra vez, el país con menos importaciones en relación al PBI de toda la región. Entiendo que salir de eso requiere un tiempo. Pero si hay una dependencia de la autorización del Gobierno, se corre el riesgo de sufrir una falta de reflejos. Los gobiernos siempre suelen llegar tarde. Desde las empresas, nadie quiere perder participación en el mercado. Necesitamos generar un comercio fácil y con costos bajos, para que cuando haya un pico de demanda rápidamente las empresas puedan abastecer y acompañar a lo que se produce acá localmente. Las importaciones (las que no son sensibles) deberían ser libres y directamente el empresario debería pagar el arancel correspondiente”, asegura. “Otro problema, es que por la falta de oferta se incrementan los precios. La mejor manera de garantizar la competencia y que se beneficia al consumidor es que se pueda importar”, cierra.

Desde SC Johnson cuentan a La Nacion que una vez que pase este sunami de pedidos, hay una estrategia para la nueva temporada, que es empezar a producir con más tiempo más cantidad para así generar un stock grande por si se vuelve a repetir la demanda. “Como no hay problemas de importación como en el pasado, va a ser más sencillo. La capacidad fabril está”, comentan.

Desde el Gobierno dicen que están realizando mesas sectoriales para llegar preparados para la próxima temporada. El dengue existe en la Argentina hace muchos años y finalmente hay una toma de conciencia de que hay que prevenir no solo con repelentes sino con otras acciones y desarrollos. Para esto, el comercio exterior juega un rol clave, no solo para poder importar los componentes esenciales, sino para poder salir al mercado rápidamente y sin trabas para ingresar lo que se necesita. Esta gimnasia todavía es lenta, según los expertos. Las relaciones internacionales se construyen poco a poco, durante años, y se destruyen en solo unos minutos. Llega el otoño y es tiempo de construir.

 

Facebook Comments