LA PLATA.– Peritos forenses y funcionarios del Cementerio Municipal de esta ciudad lograron identificar en forma fehaciente unos 150 cuerpos de entre el cúmulo de restos hallados hace un mes y medio en varios depósitos de la necrópolis local en un estado de total abandono.
Según lo indicado por fuentes vinculadas con el caso, se trata de restos de personas fallecidas entre finales de la década de 1980 y principios de los años 90 que estaban en el depósito del segundo piso del edificio central del cementerio, uno de los sitios donde se habían encontraron cientos de féretros de personas adultas además de 22 ataúdes correspondientes a niños que llevaban la inscripción “angelitos”.
En el lugar también había una cantidad indeterminada de bolsas de consorcio con restos óseos desparramados por el piso. En este caso, y a diferencia de lo que ocurre en los otros depósitos, la mayoría de los cajones mortuorios contaba con algún tipo de un rotulado lo que permitió una identificación efectiva a la que contribuyeron el cotejo con los registros del camposanto y ciertos datos reconocibles de los cuerpos.
La tarea fue llevada a cabo por agentes del predio municipal y especialistas del Registro de Personas Desaparecidas del Ministerio de Seguridad bonaerense, que dirige el antropólogo forense Alejandro Incháurregui. “Es el resultado de un trabajo que se viene desarrollando hace varias semanas y que estamos informando cada día sobre los procedimientos que se llevan a cabo”, apuntaron fuentes de la intendencia platense conducida por Julio Alak (Unión por la Patria).
Ahora las autoridades del cementerio esperan que la Justicia habilite la inhumación de este primer grupo de restos identificados que serían ubicados en tumbas en la tierra, mientras se avanza en buscar el financiamiento necesario para la construcción de un nuevo osario ya que los dos existentes se encuentran inhabilitados. La existencia de un nuevo osario es la única forma de poder disponer en forma digna de la totalidad de los cuerpos hallados, tal como señaló el actual director del Cementerio, Jorge Melo Peneau.
La causa penal
La investigación judicial está en manos de la titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIyJ) N°15, María Cecilia Corfield, quien busca determinar si el hallazgo responde solamente al incumplimiento de protocolos establecidos para el tratamiento de los cuerpos o si es posible que también se haya cometido algún tipo de delito. La prioridad establecida por la fiscal Corfield es poder identificar los restos, descubrir su origen y trazabilidad, y, finalmente, dilucidar la situación por la cual no se hallaban sepultados.
En tanto, también continúa su intervención en el predio municipal el Equipo de Antropología Forense (EAAF) que concentró en al menos dos depósitos en los que los peritos habían trabajado durante cuatro meses en 2014 por pedido de la Cámara Federal de Apelaciones en el marco de la causa caratulada “APDH La Plata s/ denuncia”, en la que se investiga el destino final de víctimas de la última dictadura militar en esta región. Si bien los miembros del EAAF aseguraron haber dejado el lugar, conocido como “el altillo”, en orden y con los cuerpos con la debida identificación, ahora deben constatar que eso se haya mantenido sin alteraciones.
El descubrimiento de centenares de restos arrumbados en diferentes galpones se había producido durante un relevamiento ordenado por el intendente Julio Alak, quien dispuso una auditoría general de las distintas dependencias de la comuna luego de asumir al frente del municipio en diciembre último. Tras clausurar el portal principal de la necrópolis por riesgo de derrumbe, Alak y sus funcionarios denunciaron, el 19 febrero pasado, el hallazgo de centenares de cuerpos arrumbados en un total de 11 depósitos del cementerio y en su mayoría sin identificación adecuada y sin la observancia de la normativa vigente.
La presentación judicial requirió la “averiguación de posibles ilícitos respecto de los cuerpos y restos óseos hallados no identificados”.
La noticia del macabro descubrimiento generó una gran conmoción y muchas personas concurrieron a consultar por la situación de sus familiares. El director del Cementerio contó a LA NACION: “[Ante la gran cantidad de consultas] nosotros revisamos los registros y les informamos sobre cada situación”.
El funcionario aclaró que en todos los casos de las personas que reclamaron por un fallecido se pudo ubicar la situación a través de los registros existentes en la necrópolis.
La difusión por parte de la comuna de imágenes impactantes también puso en alerta a familiares de víctimas de la represión de la última dictadura militar así como a letrados de desaparecidos en democracia como el testigo Jorge Julio López y el estudiante de Periodismo Miguel Bru, que interpusieron recursos de no innovar para permitir, si fuera posible, el cotejo con los restos hallados.
Entre tanto, voceros de las autoridades que antecedieron a la actual gestión aseguraron haber heredado las irregularidades y de hecho indicaron que existen registros fotográficos y actas ante escribano que demuestran esa situación. Sin embargo, las fuentes consultadas no pudieron explicar por qué razón el problema no fue abordado y resuelto.
Inicialmente fueron cuatro los espacios del cementerio en los que se comprobaron irregularidades. En el primero, llamado “Protectora”, fueron identificados 16 cajones de madera con la protección interna de metal que se utiliza en los féretros destinados a conservarse dentro de bóvedas o nichos. En el depósito, “sala de velatorios”, fueron halladas las 200 bolsas de consorcio y 15 féretros de madera. El tercero, es el que está ubicado en el segundo piso, donde ahora se produjeron las identificaciones. Por último, en el cuarto depósito que se denomina el “galpón de arena” y, a su vez, se divide en cuatro lugares separados, los inspectores a cargo del operativo identificaron varios centenares de ataúdes apilados en avanzado deterioro.
En una segunda instancia se descubrieron unos 1000 cuerpos en otros galpones lo que derivó en la ampliación de la denuncia original.
