“Me gusta el sentido que le dan los japoneses a un lugar especial del hogar que denominan tokonoma, un rincón más elevado, como un altar, donde conviven el arte, algún objeto significativo y arreglos florales”, cuenta la interiorista Bibiana Valeiras, titular de la firma que lleva su nombre y quien −podría decirse− concibió esta casa como un inmenso tokonoma habitable.

En la construcción colaboró Thompson- Cagnoni, estudio abocado al desarrollo de arquitectura sustentable en Bolivia, y para el jardín se sumó la reconocida paisajista Eugenia Anaya. Este equipo de excelencia definió una vivienda donde todos los espacios y sus elementos tienen gran importancia, sin competir entre sí.

Admiro la arquitectura brasileña y lo japonés, investigo mucho también, pero al diseñar soy absolutamente intuitiva. En el living no solo buscaba funcionalidad: quería que fuera memorable

Bibiana Valeiras, interiorista y responsable de todo el proyecto

Detalles que no son detalles

Encargado a medida, el cuadro de Sebastián Masegosa debía ser protagonista del living, sin disipar la presencia del revestimiento de incienso.

Aberturas de piso a techo exaltan elementos ubicados estratégicamente, como la escultura de Pablo Donadio, que así puede contemplarse desde adentro y afuera

La chimenea suspendida entre el living y el comedor tiene un sistema pivotante para direccionar el calor (y la vista del fuego, claro) hacia uno u otro sector

Funcionalidad plena

“Yo creo que en la cocina no hay que distraerse, por eso es acogedora, pero también bastante minimalista”, define la interiorista Bibiana Valeiras, que hizo un relevamiento exhaustivo para brindar soluciones específicas

Todo el lateral del comedor diario es abarcado por una gran biblioteca cuyo diseño juega con formas flotantes y un patrón de llenos y vacíos para dejar partes del hormigón a la vista.

Refugio zen

El espejo de agua con el puente que lo atraviesa fue diagramado por el Estudio Bibiana Valeiras, mientras que el jardín circundante es obra de Eugenia Anaya.

“La clienta quería un jardín selvático, exuberante y con muchas flores silvestres”, enumera la paisajista Eugenia Anaya, quien se propuso descontracturar las rectas de la arquitectura con un entorno de formas orgánicas

El diseño de la pérgola retoma el esquema de llenos y vacíos, presente en otros elementos del interiorismo, con una trama de hormigón que proyecta sus singulares sombras sobre el piso de la galería

Acompañando las líneas rectas de la casa, logré un follaje envolvente donde cada zona está contenida por una combinación de texturas y tonos de verde. La idea era que la naturaleza se adueñara de todo

Eugenia Anaya, paisajista

Paraíso privado

El techo verde de la galería viene a cumplir un deseo sencillo que, sin embargo, constituye todo un lujo cotidiano: darle a la suite del primer piso una expansión con pasto natural transitable

Cada ambiente, una experiencia

Armonía es una palabra muy presente en las descripciones de Valeiras, que participó en el diseño de restaurantes como Narda Comedor, Carne, W, y cuya próxima meta es un proyecto integral de hotelería donde desplegar la noción estética que se respira aquí, ligada a la tradición nipona de equilibrio, naturaleza y simplicidad.

Mi propuesta en el dormitorio principal fue buscar serenidad, crear un lugar de relax que no se contamine con muchas cosas y donde el arte sea el elemento que aporte poesía

Bibiana Valeiras, interiorista y responsable de todo el proyecto

Delimitado por la claridad del ventanal y el revestimiento de madera, el baño sigue el planteo de la suite y completa un entorno de bienestar que bien podría identificarse con un spa.

 

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