A sala llena, Jorge Fernández Díaz presentó esta tarde al autor y periodista español Sergio del Molino, ganador del último premio Alfaguara con su novela Los alemanes. Elegida por unanimidad por el jurado, que estuvo integrado por prestigiosos escritores como Rosa Montero, Sergio Ramírez, Juan José Millás, Manuel Rivas y Laura Restrepo, cuenta un episodio desconocido de la historia española: el vínculo de una colonia de alemanes con España, su país de adopción después de la Primera Guerra Mundial. “Esta novela apasionante pone a prueba la conciencia de los personajes y sacude al lector”, dijo Fernández Díaz al citar una de las frases del fallo del jurado. Durante la charla, ambos autores dialogaron no solo sobre cuestiones netamente literarias sino también sobre la relación de la literatura con el periodismo, ya que ambos son articulistas: Del Molino, del diario El País, y Fernández Díaz, de LA NACION.

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Antes de dar inicio a la charla, el director de Penguin Random House, grupo editorial al que pertenece el sello Alfaguara, definió el libro como “una novela potente y original” y destacó “el placer que nos da que la presente un escritor extraordinario como Jorge, autor de Cora, uno de los libros del año. Aunque lo haya publicado otra editorial (Planeta), se lo recomiendo mucho”.

Si bien el eje de la presentación estaba centrado en Los alemanes, Del Molino y Fernández Díaz recorrieron también otras obras del español: La piel, “un libro en clave autobiográfica” sobre cómo es vivir con psoriasis, una enfermedad autoinmune que afecta la piel y la calidad de vida, y La hora violeta, donde Del Molino narró el dolor y el duelo por la muerte de su hijo Pablo.

La primera pregunta tuvo que ver con la génesis de Los alemanes. “Es una pregunta que puede ocuparnos toda la charla, así que puedes ahorrarte las siguientes”, dijo Del Molina con humor. “Es una novela familiar. Inventé una familia de ficción, pero que podría ser real, para contar un episodio complemente desconocido de la historia española y cómo era la vida cotidiana en ese marco, cuando tiempo después de instalarse en Zaragoza, mi ciudad, la colonia alemana establece un vínculo siniestro con el nazismo. Estos alemanes vivían en una Patria inventada por ellos y transmitían a las sucesivas generaciones que no eran españoles. Mantenían el idioma y sus costumbres. En este libro reflejé mis obsesiones con la idea de Patria”.

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Fernández Díaz resaltó que es la primera incursión de Del Molino en el género novela y le preguntó cómo fue ese proceso. “No me he sentido extraño. Cuando escribía sobre Felipe González sentía que estaba inventando un personaje. Lo distinto, en la novela y en la no ficción, son los materiales desde los que partes para escribir. Ha sido un proceso cómodo y natural”.

Entonces, el autor de Cora le planteó dos caminos posibles para escribir literatura: “Cerrando cada página sin volver atrás, como hacía Javier Marías, o investigando y reescribiendo durante un largo tiempo, como hace Arturo Pérez-Reverte”. Sin dudarlo, Del Molino respondió: “Fue mitad y mitad, pero estoy más cerca de Marías. Soy un escritor compulsivo. No me ato a esquemas previos. Sé cómo empiezo y hacia dónde voy, pero me gusta que la escritura me sorprenda”. Algo similar le pasó con la vocación de escritor, según reveló: “No sé cómo me hice escritor. Siempre tuve la pulsión de escribir y ha sido mi manera de relacionarme con el mundo. Escribo para entender el mundo y entenderme a mí”.

 

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