En esta fotografía de Magali Chesnel un grupo de flamencos alza el vuelo bajo la cálida luz del atardecer. La bandada, al elevarse, dibuja tras de sí ondas en el agua superficial de los lagos de sal rosados de Camargue en Francia, cuyo color es causado por un alga (Dunaliella Salina). No obstante, la intensidad y el tono de este varía según la luz del sol y la altura a la que se encuentre el espectador.

Este lugar es un punto de encuentro para los flamencos tras su migraciones: las parejas se quedarán aquí hasta que nazcan las crías. Suelen organizarse en grupos pequeños y encuentran el alimento escarbando en el barro.

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