“Esto ha estado bien documentado en los archivos de inteligencia. Este es un asunto que la Administración heredó. Nuestra evaluación fue que, a pesar del conocimiento de la situación con la base y algunos intentos de abordar este desafío en la Administración anterior, no estábamos progresando lo suficiente y necesitábamos un enfoque más directo”, añadió.

De acuerdo con el reporte original de The Wall Street Journal, la base de espionaje china en Cuba puede interceptar una amplia gama de comunicaciones, incluyendo correos electrónicos, llamadas telefónicas y transmisiones satelitales, en una región con múltiples bases militares, así como monitorear el tránsito marítimo.

El coordinador del Consejo de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas, John Kirby, no precisó el jueves a qué se refería con que el reporte del diario citado no era «preciso».

La fuente aclaró que el Gobierno seguía creyendo que el reporte del diario neoyorquino era «impreciso» porque describía el espionaje como algo nuevo, cuando en realidad se trata «de una situación en desarrollo». «La manera en la que se caracterizó el acuerdo no se compagina con nuestro entendimiento del asunto», afirmó.

La embajada de China en Washington aseguró que “no tenía conocimiento” de ningún proyecto de este tipo en Cuba. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin, dijo que “difundir rumores y calumnias es una táctica común de Estados Unidos”, y acusó a Washington de hipocresía dadas sus operaciones de vigilancia global.

“Estados Unidos es también el imperio de piratas informáticos más poderoso del mundo, y también una nación que en verdad sabe monitorear”, dijo Wang.

Cuba desestimó el informe de un puesto de escucha chino como “mentiroso y sin fundamento” y afirmó que La Habana se ha comprometido desde 2014 a oponerse a cualquier presencia militar extranjera en América Latina y el Caribe.

Las revelaciones sobre el espionaje de China desde Cuba se producen en un momento en el que el secretario de Estado, Antony Blinken, planea un viaje oficial a China la próxima semana, el primero de un funcionario en su cargo desde 2018.

Blinken ya había pospuesto un viaje a China en febrero de este año, luego de que Estados Unidos detectara un presunto globo espía chino sobrevolando el país antes de que fuese derribado por la Fuerza Aérea estadounidense, lo que fue condenado por Beijing.

Mientras se hacen los preparativos finales para el viaje de Blinken, los ejércitos chino y estadounidense han participado en dos incidentes cercanos en el Pacífico occidental.

El Pentágono dijo que un avión de combate chino voló peligrosamente cerca de un avión estadounidense de reconocimiento militar sobre el Mar de China Meridional el 30 de mayo. Días después, un barco naval chino se acercó a 150 yardas de un destructor estadounidense en el Estrecho de Taiwán. China rechazó la descripción de los hechos del Pentágono y culpó a Estados Unidos por ambos incidentes.

Al referirse a los incidentes en una rueda de prensa reciente, Blinken afirmó que los incidentes solo destacan la importancia de que Estados Unidos y China mantengan abiertas las líneas de comunicación.

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