National Geographic: La narración del aterrizaje de Perseverance fue un acontecimiento único. Millones de hispanohablantes de todo el mundo pudieron seguir en directo una retransmisión en español y de la mano de una de las responsables del proyecto. ¿Cómo vivió aquella experiencia?

Diana Trujillo: Fue espectacular. Normalmente vamos a Marte aproximadamente cada 10 años. Yo había tenido la posibilidad de formar parte del equipo de Curiosity, que lo había hecho 10 años antes. Pensábamos que si teníamos una oportunidad como aquella y no hacíamos nada por enseñarlo sería una pena, una oportunidad perdida para todos los niños y niñas a los que les gustaría participar en la ciencia y en el espacio. Para ello, pensé en cómo está estructurada la comunidad latina: alrededor de la familia. Cuando la abuela y los padres entienden qué está sucediendo, es más fácil que los niños puedan comprenderlo mejor. Aquella fue, por tanto, una ocasión perfecta para enseñar aquel acontecimiento a todos los miembros de la familia, no solo a los niños y niñas que entienden inglés.

Cuando la abuela y los padres entienden qué está sucediendo, es más fácil que los niños puedan comprenderlo mejor.

NG: Al final de aquella retransmisión hizo un llamamiento: “Necesitamos más latinoamericanos en todas las misiones” ¿Cree que su experiencia podría despertar nuevas vocaciones entre la comunidad latina?

Diana Trujillo: Pienso en ese momento en el que, de pequeño o de joven, te sientes vinculado con un acontecimiento que te marca y te sirve de referente. Por ejemplo, cuando miras las imágenes de las misiones del programa Apolo y te pones a pensar quién se parece a ti. Incluso piensas en cuestiones banales como qué camisa te hubieras puesto en ese momento. En ese mismo instante se establece un vínculo entre tu persona y aquello que estás presenciando. Al mostrar aquel día el trabajo de mis compañeros hispanos y explicarlo todo en español desde la sala de control creamos un vínculo con los espectadores, especialmente los más jóvenes. Un espacio, por ejemplo, que pudiera servir a un estudiante universitario de punto de referencia para cumplir su sueño. Teníamos que conseguir que ese acontecimiento fuera lo suficiente potente como para que te marcara durante unos 5 años, que es lo que dura la carrera.

NG: ¿Usted tuvo ese referente?

Diana Trujillo: No. Precisamente parte de la razón por la que decidí dedicarme a mi profesión es porque yo no tuve ningún referente cercano. Mis referentes fueron mi abuela y mi madre, aunque en este caso, opuestos. Yo no compartía el rol de mujer tradicional cuyo único objetivo era casarse y tener hijos. El propósito que me puse fue construir el referente que yo quería tener. Cuando encaré mi carrera profesional, me paré a pensar en que nadie más tendría que pasar por ese amargo momento de crear un referente que no existía hasta el momento.

Yo no tuve ningún referente. Tuve que construírmelo yo misma, y espero que nadie vuelva a tener que pasar por lo mismo.

NG: Mars 2020 es hasta la fecha la misión más ambiciosa de la NASA. En año y medio se han tomado cientos de miles de fotografías y se han recogido por primera vez muestras que serán devueltas a la Tierra. ¿Conseguiremos probar que alguna vez hubo vida en Marte?

Diana Trujillo: El objetivo de la misión es demostrar que hubo vida en la superficie de Marte en algún momento en el pasado. Las probabilidades de conseguirlo serán mayores cuando devolvamos las muestras con la siguiente misión, Mars Sample Return. Curiosity nos demostró que había posibilidades de sostener la vida. Ahora buscamos rastros del pasado (Perseverance) más tarde intentaremos devolverlo. Lo increíble es que hemos llegado hasta aquí en solo 10 años. Las antiguas misiones no habían llegado a ni a una cuarta parte de lo que hemos conseguido. Hoy estamos por fin muy cerca de demostrar que en el planeta rojo hubo vida en el pasado.

NG: Con esta ya van unas 30 las misiones enviadas al planeta rojo ¿Por qué cree que tenemos esa obsesión con Marte?

Diana Trujillo: Nuestra fascinación por Marte viene de lejos. Empezamos con los libros de ciencia ficción y seguimos con los descubrimientos científicos, que nos han aportado mucha información, pero también nos han enseñado que hay mucho más por descubrir. Tenemos la suerte de que las misiones nos han ido muy bien. No hemos perdido la oportunidad de conocer mejor el planeta rojo, sino que hemos seguido con una investigación paulatina que nos ha acercado cada vez más al envío de misiones tripuladas, un objetivo que ya no es tan a largo plazo. Incluso hoy empezamos a hablar de “terraforming”, esto es, de habilitar el suelo marciano a las necesidades de unas posibles colonias humanas.

NG: ¿Cuándo cree que estaremos preparados para enviar misiones tripuladas al planeta rojo?

Diana Trujillo: Es muy difícil contestar esa pregunta. Es como si alguien nos preguntara hace 20 años cuándo podríamos traer a la Tierra una muestra de suelo marciano. Estamos haciendo el siguiente paso a partir de todo lo que conocíamos antes. Primero tenemos que demostrar que podemos sostener la vida de un ser humano en la superficie de algo. Eso es precisamente lo que pretendemos demostrar con Artemis. A partir de ahí podremos empezar a pensar en colonizar Marte. Además, deberemos superar otro gran escollo: ¿cómo lo haremos para enviar naves tripuladas? A Marte no podemos viajar en línea recta, como lo hemos hecho con las anteriores misiones robóticas, sino que deberemos dar un rodeo. Y eso es un viaje largo. Muy largo.

Estamos hablando, en el mejor de los casos, de 6,5 meses a 8 meses, un tiempo demasiado largo para un astronauta en una cápsula muy pequeña. Tenemos que demostrar que podemos vivir en la Luna igual que vivimos en la Estación Espacial Internacional. Una vez demostremos que podemos hacerlo, ya empezaremos a viajar y colonizar otros planetas.

Para colonizar otros planetas primero tenemos que demostrar que podemos sostener la vida de un ser humano en la superficie de algo.

NG: Acaba de ser nombrada directora de vuelo de la misión Artemis, que supondrá el regreso de misiones tripuladas a la Luna. ¿Por qué hemos tardado más de 50 años en regresar a la Luna?

Diana Trujillo: Porque es muy, muy complicado. Tenemos que encajar muchas piezas. En el caso de un rover es más fácil: porque si no funciona al 100% se puede aprovechar. Pero en el caso del ser humano es más complejo. Si no tengo forma de llevarte, no puedo diseñar un traje espacial adecuado o no puedo ofrecerte suministros básicos, como puede ser el agua… mejor no vamos. El espacio es muy peligroso. El reto de Artemis es convencer al público de que podemos volver a la Luna después de 50 años. Hacer que nos enamoremos de la Luna de la misma forma que nos enamoramos de Marte.

Facebook Comments