El cambio climático está constantemente en boca de todos desde hace unos años: terribles y abundantes incendios, sequía, récords de temperatura, el deshielo de los polos y fenómenos meteorológicos que son cada vez más adversos

Y es que varios de los límites seguros para la vida en la Tierra ya han sido rebasados, y nuestro planeta está sufriendo las consecuencias de la gestión irresponsable del hombre. 

Este es un hecho que, sin duda, el mundo industrializado ha acelerado: la temperatura media del planeta Tierra ya está entre 1 y 2ºC por encima de la media preindustrial. No obstante, mientras que la acción antropogénica en esta catástrofe es indiscutible, muchos no pueden evitar preguntarse: ¿somos todos igual de responsables? 

desigualdad y CRISIS climáticA

Un nuevo informe publicado por Oxfam International nos deja no solamente unas cifras alarmantes sobre el estado medioambiental de nuestro planeta, sino también un dato impactante: en 2019, el 1% más rico de la población mundial generó el 16% de las emisiones de carbono a nivel global, la misma cantidad que el 66% más pobre.

Por tanto, a las altas emisiones producidas por la opulenta vida cotidiana de los países más industrializados y las grandes corporaciones se le suma un tercer grupo de riesgo, que contribuye a que se pueda desencadenar un colapso climático en un futuro relativamente próximo: la minoría milmillonaria. 

Todo esto arroja luz sobre una escabrosa verdad: las crisis climática y de desigualdad que vivimos en la actualidad están muy vinculadas. La población con menos recursos económicos no solamente contaminan menos sino que sufren más las consecuencias

Por un lado, los fenómenos meteorológicos extremos como las inundaciones o los huracanes, entre otros, son cada vez más habituales y potentes, provocando una mayor destrucción en las infraestructuras y suministros de los países o zonas menos desarrolladas, donde además sus habitantes tienen menos recursos para reconstruir sus vidas. 

Por otra parte, la escasez agrícola provocada por las sequías y otros eventos climáticos ha encarecido el precio de los alimentos, reduciendo por ende el poder adquisitivo de las personas, un fenómeno que afecta más a aquellas que tienen un nivel de ingresos bajo. 

actualmente 783 millones de personas no saben cómo obtendrán su próxima comida. Mientras tanto, en 2020 y 2021, los milmillonarios del sector agroalimentario lograron incrementar su riqueza conjunta un 45%.

el 1% más rico

Un volumen de emisiones de carbono por encima de la media proviene de un estilo de vida desmedido, en el que la población más adinerada no utiliza los recursos que tiene a su abasto para reducir de forma drástica su impacto en el medio ambiente. De hecho, en una gran mayoría de casos sus acciones contribuyen a generar el efecto contrario:

Consumen una mayor cantidad de combustibles fósiles, por ejemplo a través del uso frecuente de aviones privados. Invierten en industrias contaminantes por su interés económico.Ejercen una gran influencia mediática, política y económica que fomenta el status quo. 

Estas acciones provocan una enorme desigualdad en cuanto a la huella de carbono personal se refiere, y el estudio prevé que esta cifra sólo hará que aumentar: para 2030, las emisiones del 1 % más rico de la población mundial podrían sobrepasar 22 veces el límite de 1,5ºC sobre el nivel preindustrial considerado seguro para el vida en nuestro planeta, fijado en el Acuerdo de París de 2015.

Sin embargo, aunque estas personas estén más protegidas a nivel individual, no están exentas del impacto del cambio climático en la sociedad si las comunidades que los rodean no tienen la capacidad de adaptarse a las consecuencias medioambientales, una realidad que les afectaría indirecta pero profundamente.

cop28: ACTUANDO CONTRA LA EMERGENCIA CLIMÁTICA

Este año 2023, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tendrá lugar en Emiratos Árabes Unidos del 30 de noviembre al 12 de diciembre. En esta cumbre, las 197 partes afrontarán con urgencia la crisis climática y tratarán de determinar una línea de acción para reducir las emisiones de carbono con efecto inmediato y a gran escala

Esta urgencia proviene principalmente un hecho: este año ya hemos alcanzado una media global de 1,43ºC por encima de la media preindustrial, con todas las consecuencias medioambientales que esto conlleva. 

Será necesario, entonces, abordar de nuevo viejas cuestiones como la responsabilidad de los países, empresas y personas con mayor volumen de emisiones anuales, que agravan enormemente la crisis climática e incluso anulan con sus acciones contaminantes el ahorro de emisiones producido por una mayoría de la población mundial. 

Tal y como ha indicado Oxfam International en su informe, es imperativo reconocer que la igualdad es una condición necesaria para acabar con el colapso climático y, a su vez, la pobreza. En esta cuestión, los poderes políticos y económicos del mundo tienen una gran responsabilidad. 

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