Esferas que recuerdan a huevos cocidos brotando en lo que parece un campo de flores amarillas. Este extraño mundo paralelo de hongos casi invisibles se ocultaba en un fragmento de madera muerta del Parque Nacional de la Selva Negra de Alemania.

«Cuando encontramos este hongo con micelio, sobre la madera solamente se distinguía una fina pelusa apenas visible –recuerda el fotógrafo Oliver Meckes–. Con un microscopio electrónico de barrido pudimos observarlo en detalle. El hongo, llamado Resinicium bicolor, presenta dos tipos de cistidios perfectamente identificables: unos esféricos y los otros semejantes a estrellas».

Los guardas del parque ayudaron a Meckes y a la bióloga Nicole Ottawa a identificar los hongos, las raíces y los mixomicetos más interesantes, y a recoger muestras del suelo para examinarlas al microscopio.

«Eran criaturas tan diminutas que nunca sabíamos lo que nos encontraríamos. La sorpresa estaba asegurada», cuenta el fotógrafo. Y ninguna fue mayor que descubrir la enorme cantidad de seres diminutos que trabajan en este bosque. «Creíamos conocer bien el ciclo vital de los árboles, pero este reportaje muestra la complejidad de los procesos implicados. Casi todos tienen lugar a una escala minúscula e involucran a una miríada de organismos».

Su trabajo es parte del número de septiembre 2022 y que relata fotográficamente la vida invisible de la Selva Negra de Alemania. Puedes leerlo y ver las imágenes aquí.

Oliver Meckes y Nicole Ottawa, afincados en Alemania, se dedican desde 1995 a explorar el mundo microscópico mediante la fotografía.

Este artículo pertenece al número de Septiembre de 2022 de la revista National Geographic.

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