El humo causado por los incendios forestales es una grave amenaza para la salud y la vida de las personas, por eso a toda costa debe evitarse su inhalación.

Al entrar a los pulmones provoca serios problemas, tales como irritación de los ojos, goteo nasal, flema, sibilancia, dificultad para respirar, enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas. La exposición a la contaminación por partículas incluso se relaciona con la muerte prematura.

Precisamente, quienes corren mayor riesgo son las personas que padecen enfermedades cardíacas y pulmonares, los adultos mayores, los niños que están en proceso de desarrollo de su sistema respiratorio, las personas diabéticas y las mujeres embarazadas.

Protéjase del humo durante la temporada de incendios, planifique con su médico, mantenga a disposición los medicamentos necesarios, contemple la posibilidad de comprar un filtro de aire, use mascarillas N-95 y piense en retirarse a un ligar libre de humo.

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