Era pleno invierno, durante el comienzo de la temporada de cría de los cuervos. Shane Kalyn, el autor de esta imagen, yacía en el suelo helado para capturar el detalle del plumaje iridiscente de los cuervos contra la nieve y revelar este momento íntimo en el que sus gruesos picos negros se unieron. Los cuervos probablemente se unen de por vida. Esta pareja intercambió regalos como musgo, ramitas y piedras pequeñas para fortalecer su relación o «vínculo de pareja».

Fotografía galardonada con el primer premio en la categoría: Beahaviour: Birds de la Competición WildLife Photographer of the Year 2021

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