La victoria de Carlos Alcaraz sobre Struff en primera ronda de Wimbledon (4-6, 7-5, 4-6, 7-6 (3), 6-4) ha dejado muchas acciones para recordar, incluida un puntazo del murciano cuando parecía que era imposible que llegase a una bola con la que su rival llevaba unos segundos mareándole.
Alcaraz corrió de un lado a otro de la pista y se sacó de la manga algún que otro resto imposible. Sin embargo llegó un momento en el que ya se antojaba especialmente complicado que el punto se alargase mucho más. Error. El murciano se buscó las mañas para continuar con el intercambio de raquetazos y acabar mandando una bola cruzada fuera del alcance del alemán, que no tuvo más remedio que quedarse mirando al infinito.
PADREANDO @carlosalcaraz
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Un ejemplo más del muchísimo tenis que tiene un Alcaraz que no está precisamente en su hábitat natural jugando en hierba, pero que tiene mucho que decir en el Grand Slam británico. Sobre todo si sigue poniendo su sello a partidos con 30 saques directos.
«Todavía no sé cómo saqué hoy, Ha sido mi mejor partido al servicio. Ese ha sido el arma que usé en el partido», declaró tras la victoria ante Struff, en la que su servicio fue clave para lograr ganar un choque en el que fue claramente de menos a más, demostrando que lo importante es cómo se acaba y no cómo se empieza.
