Recientemente, el Congreso Nacional de Honduras presidido por Luis Redondo aprobó la rebaja de 10 lempiras al galón de gasolina, lo cual será efectivo la próxima semana. Sin embargo, la población se cuestiona sobre su beneficio, puesto que los precios de todos los productos fueron elevados y las autoridades han sido incapaces de regular los precios que imponen los comerciantes abusivos.

Hugo Noé Pino, diputado de Libre y experto en economía, afirmó que el subsidio pretende ayudar a los más pobres, habiendo aumentado el precio de la canasta básico por el aumento del precio de los derivados del petróleo, impulsando a la vez la reactivación económica. No obstante, para que esta rebaja del combustible sea coherente y efectivamente beneficiosa, también debe bajar el precio de los demás productos.

Por su parte, Liliana Castillo, expresidenta del Colegio de Economistas, considera que no conviene congelar el precio de los combustibles, sino hacer un ajuste a los impuestos y con ellos podría haber ahorro. Además, señaló que si se ataca la evasión fiscal, la impunidad y la corrupción como debe ser, la situación del país mejoraría.

Cabe señalar que durante los últimos doce años de gobierno nacionalista, el precio de la gasolina se disparó como nunca antes, y pese a que sucedieron desplomes a nivel mundial respecto al precio del petróleo, jamás hubo una disminución en su precio, cosa que los gobiernos de ese entonces nunca se dignaron a explicar y enmendar.

La medida le dará un respiro al nuevo gobierno, mientras se elaboran otros mecanismos para seguir disminuyendo gradualmente el precio de los combustibles.

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