Más de 396 millones de personas han sido diagnosticadas con la enfermedad COVID-19 y más de 5,7 millones han fallecido. Entre los que han sobrevivido, algunas personas quedan con secuelas que pueden perdurar meses. Desarrollan afecciones con efectos en las funciones del corazón, los pulmones, los riñones, la piel y el cerebro; según un estudio realizado por investigadores de Estados Unidos, el en cual se concluye que los cerebros de una pequeña muestra de pacientes que murieron de COVID presentan algunos de los mismos cambios moleculares que también son encontrados en los cerebros de las personas con la enfermedad de Alzheimer, lo cual implica síntomas similares.

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