El portavoz de Salud de la CE, Stegan de Keersmaecker, señaló este jueves que «a partir de la semana que viene», las entregas de los viales a los países europeos, incluido España, se harán según el plan previsto.

La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, contactó «inmediatamente con el consejero delegado de la compañía» en cuanto fueron informados del incumplimiento del calendario previsto, según el portavoz. «Se ofrecieron garantías de que las entregas en el primer trimestre del año se respetarían y que en los siguientes meses se incrementaría la producción«, agregó.

Desde Pfizer se manifestaron en la misma línea. Reconocieron que habrá retrasos una semana –»esta en la que estamos ahora», incidieron–, pero confiaron en que la próxima se recupere el ritmo habitual de reparto. Pese a los problemas, Pfizer se ha comprometido con Bruselas a entregar para marzo las dosis firmadas originalmente.

Cabe destacar al ser que consultadas Pfizer y BioNTech explicaron que los retrasos se deben a «ciertas modificaciones de los procesos de producción» en su fábrica de Puurs (Bélgica) para poder desarrollar un plan que permitirá la ampliación de las capacidades de fabricación en Europa. Esto permitirá, según dijeron, aumentar «de manera significativa» el reparto de dosis en el segundo trimestre del año.

«Retomaremos el programa original de suministro a la Unión Europea a partir del 25 de enero, con un aumento del suministro a partir de la semana del 15 de febrero, lo que nos permitirá suministrar la cantidad de dosis de la vacuna comprometidas totalmente en el primer trimestre y significativamente más en el segundo trimestre», remarcaron fuentes de la farmacéutica.

«Lo importante para nosotros es que el acuerdo (de reparto de vacunas) se respete íntegramente», aseveró De Keersmaecker, que también remarcó lo importante que es para la CE que se garanticen las entregas de vacunas tal y como se acordaron «y sin interrupciones».

En cualquier caso, el portavoz del Ejecutivo comunitario subrayó que las entregas de las dosis es un asunto que gestionan directamente los países miembros con la farmacéutica. Se trata de conversaciones bilaterales, lo que Bruselas encuadra dentro de la normalidad porque son los Gobiernos los que saben qué necesidades de vacunas tienen.

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