talento dirigir Imbroda Rivera
Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, junto a Javier Imbroda, ex entrenador y autor de libro. | FOTOS: Alberto Orellana y Marta Peiro

Los entrenadores son un buen ejemplo de cómo liderar un equipo. Y también una empresa. En el deporte “la clave para todo es entrenar”, y esto se puede trasladar a una organización. Porque “es imposible que los Recursos Humanos” de una organización “saquen su talento si no entrenamos con ellos”. Porque, como en los mejores equipos, “profesionales comprometidos ya tenemos, lo que queremos es talento”. Ese que “marca la diferencia” en un mercado o supone una victoria en un apretado partido de baloncesto.

El psicólogo deportivo Javier de Miguel resumió una de las ideas centrales del libro ‘Entrenar para dirigir’, presentado este miércoles en Madrid. Una guía escrita por el ex entrenador de la Selección Nacional de Baloncesto, Javier Imbroda, y con prólogo del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Junto al editor y los autores estuvieron De Miguel y Juanjo Martín, directivos de MindCompanysport. Su objetivo, el que Imbroda plasma en el libro: Extraer lo que usa un entrenador deportivo y adaptarlo a empresas.

Los directores de negocio y proyectos de MindCompanySport hicieron una radiografía del trabajo de un entrenador de baloncesto como lo fue Imbroda, para ver cuánto tiene de líder empresarial. Y es mucho. Al entrenar, como al dirigir empresas, tomamos decisiones estratégicas según nuestras habilidades, y planteamos retos para ser mejor que el equipo rival. Todo debe hacerse con buena comunicación, coordinación y gestión del tiempo. Pero sobre todo, hay que saber “delegar” y poner el foco en lo que nuestro equipo “hace bien”.

Esa capacidad para “acompañar” al principio a un equipo para después “dejar que saque su talento” es la que marca la diferencia entre un buen y un mal liderazgo. Y es algo que en la empresa española “nos cuesta”, señaló Martín. “No confiamos en las personas, esa es la realidad”, diagnosticó. Para muchos, como apuntó Rivera, se comete el error de “pensar que tienes que estar en todo”, y esto se debe a que, a menudo, delegar “se confunde con descontrolar”, añadió el autor.

Y nos cuesta delegar porque para ello hay que “confiar” en el equipo, y dejar que salga a la cancha. “Hay que aprender a saber dónde rindes más”, detalló Rivera, quien aseguró que “es imposible crecer sin delegar”. Un buen líder pasa progresivamente a quedarse “con pocas decisiones estratégicas” y deja que el equipo tome el resto, donde es “mejor” que él. ¿Y por qué nos cuesta confiar? Javier Imbroda lo tiene claro: “No aceptamos el error”.

Más incluso, para el autor en la sociedad occidental europea “el fracaso ni se perdona ni se olvida”. Cuando alguien comete un fallo lo “estigmatizamos” en lugar de “aceptarlo y aprender de él”, expuso también Rivera. No debemos tener problema en acepta la derrota, pues “del éxito se disfruta y del error se aprende”, subrayó el ex entrenador. Para mejor hay que centrarse más en la reacción al fallo y en lo que aporta cada uno en un proceso. No tanto en el error como fatalidad.

El buen líder sabrá, en definitiva, en quién confiar y cómo “reforzar” el talento de quienes trabajan con él/ella, explicó Imbroda. Es algo “muy raro” de ver en las empresas españolas, pero debemos conseguir “que la gente disfrute de su trabajo”, comentó el ex entrenador de baloncesto de España. Mantener motivado a tu equipo con retos, confiar en su reacción ante un fallo y recordarle lo que sabe hacer bien para hilvanar “coreografías”. Para el ex entrenador, ese es en buena parte el trabajo de un líder.

Facebook Comments