Los trabajadores de Google no están por la labor de que el proyecto de Google en China, que supone un buscador que podría censurar los resultados en función de los requerimientos de las autoridades chinas estipulan, de ahí que hayan tomado cartas en el asunto y hayan expresado su malestar por el acuerdo.

Y es que Google quiere volver a China, y lo va a hacer a través del proyecto Dragonfly, una versión censurada de su motor de búsqueda que se ajuste así a la legislación china. Pero esta iniciativa se ha encontrado con el rechazo de una parte de los trabajadores de Google, que han mandado un comunicado en el que piden la cancelación del proyecto.

“Somos los empleados de Google y nos sumamos a Amnistía Internacional para pedir a Google que cancele el proyecto Dragonfly”, reza el comunicado.

Se trataría de la segunda ocasión en la que los trabajadores se han echado encima de la compañía por la realización de esta iniciativa, ya que ya expresaron su descontento anteriormente, cuando todavía no se había confirmado oficialmente este proyecto.

El CEO de Google, Sundar Pichai, intentó tranquilizar a sus empleados argumentando que los ejecutivos de la compañía tienen que pensar “duramente” en China debido a la “importancia del mercado y a cuántos usuarios hay”.

Patrick Poon, un investigador de Amnistía Internacional sobre China, también se mostró rotundo al respecto, ya que indicó que “la libertad de Internet verá un día negro si Google se doblega a la censura extrema de China para entrar en su mercado”.

Por el momento, todo sigue en pie pero está claro que este proyecto va a traer cola.

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