La semana pasada, la Autoridad de Antigüedades de Israel dio a conocer un increíble hallazgo que resultó significativo para toda la comunidad religiosa, ya que, tras el descubrimiento de diversos objetos que se desenterraron en la ciudad de David, lograron confirmar que coinciden con las escrituras de la Biblia. Desde el Instituto de Ciencias Weizmann, junto con el trabajo de otras instituciones, dataron con precisión los elementos históricos.

En la actualidad, el país de Medio Oriente atraviesa una dura guerra contra la organización Hamás. Sin embargo, esto no frenó el avance científico y la protección de su patrimonio cultural, el cual es de gran interés para la comunidad de Occidente, en particular para judíos y cristianos.

Según indicó el comunicado de prensa, los investigadores lograron fechar con precisión las estructuras y los muros construidos en Jerusalén durante el período del Primer Templo, es decir, en el 952 a.C. Además, identificaron alta actividad urbana en reinados de los reyes de Judá.

Con los recientes estudios, los científicos comprendieron que la Ciudad de David se extendió hacia el Monte Sión en el siglo IX a.C, durante el reinado de Joás. “A la luz de esto, la nueva investigación nos enseña que la expansión de Jerusalén es resultado del crecimiento demográfico interno de Judea y del establecimiento de sistemas políticos y económicos”, señaló el profesor del Departamento de Arqueología de Tel Aviv, Yuval Gadot.

En tanto, desde el comunicado conjunto, remarcaron que al hacer este trabajo, “se hizo posible correlacionar entre la descripción bíblica de las actividades de construcción real en Jerusalén y las actividades de construcción reales descubiertas en las excavaciones en la ciudad de David”.

El empleo en este yacimiento lleva más de diez años, que comprendió, entre otras cosas, la excavación del terreno y el retiro de objetos milenarios. Fue una oportunidad particular que financió la Fundación de la Ciudad de David (Elad) con el fin de conocer a fondo los principios y la identidad hebrea.

Los expertos aseguraron que de la investigación tomaron 100 fechas de radiocarbono propias de cuatro diferentes áreas de excavación en toda la ciudad de David. “Estas se obtuvieron mediante muestreo de hallazgos orgánicos como semillas de uva y fosas de dátil”, describieron.

¿Cómo se logró completar la línea temporaria? Este trabajo se produjo gracias a arduos y precisos pasos. “Todos estos últimos fueron sometidos a procesos de caracterización y limpieza en laboratorios y, después de ser convertidos en grafito, fueron insertados en un acelerador de partículas que se mueve a una velocidad de 3000 km por segundo, separando el carbono-14 del material orgánico. La medición de la cantidad de carbono en el material orgánico y el cálculo junto con otras variables permitió a los investigadores datar con precisión muchos hallazgos en la ciudad de David”, detalló el comunicado.

Entre los objetos rotos que hallaron, aparecieron velas, vasijas rotas, frascos de almacenamiento y utensilios de cocina. Estos mismos se ubicaron debajo del muro de David, que se derrumbó tras un fuerte terremoto en el siglo VIII a.C., es decir, hace unos 2.800 años.

Tanto el doctor Joe Uziel, como Ortal Chalaf, quienes participaron en las excavaciones, indicaron que el descubrir una capa del muro les “sorprendió mucho”, ya que “Jerusalén continuó existiendo hasta la destrucción de Babilonia, que ocurrió unos 200 años después”. Es por ello que averiguaron si en las escrituras bíblicas aparecía algún dato referencial y encontraron que sí: “Curiosamente, el terremoto que aparece en la Biblia en los libros de Amós y Zacarías ocurrió en el momento en que se derrumbó el edificio que excavamos en la Ciudad de David”.

 

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