Es un fenómeno único que se da solo una vez por temporada, afortunadamente. LaLiga se detiene por la disputa de la final de la Copa del Rey, lo que significa que 18 equipos de Primera División dejan de competir dos semanas, porque tampoco hay compromisos de selecciones.

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Son días en los que Xavi Hernández está pudiendo preparar el apasionante duelo del próximo miércoles en París. Lo puede hacer con efectivos y tiempo. Quizás, con demasiado tiempo… Once días sin jugar son una exageración.

Paralelamente, el Barça Atlètic prosigue su camino. Los de Rafa Márquez reciben este domingo al Arenteiro, conjunto revelación en Primera RFEF que ya derrotó al filial azulgrana en la primera vuelta (2-0).

Este miércoles, tanto el Barça como su filial han regresado a los entrenamientos. Xavi ha contado con los habituales Héctor Fort, Casadó y Marc Guiu, y también con central senegalés Mamadou Mbacke. Además de los juveniles Pau Prim y Olmedo. Los 4 primeros estarán el domingo en el Johan Cruyff (19.00 horas) contra el Arenteiro. Pero, por licencia, podrían ‘bajar’ dos futbolistas más.

¡¡Y vaya dos!! Pau Cubarsí y Lamine Yamal siguen con ficha y dorsal del filial, así que nada impediría, a nivel normativo, que pudieran jugar este domingo. Sería una buena y cómoda manera de competir unos minutos en un partido en casa, sin desplazamiento de por medido, y de paso, ayudar a un Barça Atlètic que está a solo un punto del ascenso directo.

¿Sería muy descabellado? Claro que existe el riesgo de lesión (también lo hay en los entrenamientos) y que si uno de los dos cayera KO y se perdiera la visita a París, se liaría la que no está escrito. Porque son muy buenos y porque ambos apuntan a titulares en París.

Pero quizás lo descabellado es pasarse 11 días sin jugar ni un solo partido cuando hay la posibilidad, al menos para los canteranos, de mantener el ritmo competitivo.

 

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