El experimento llevado a cabo por Discovery Channel en 2012 ofreció respuestas fascinantes sobre la posibilidad de sobrevivir a un accidente de avión. Utilizando un Boeing 727-200 y un desierto mexicano como escenario, el programa ‘Curiosity’ mostró el impacto de un aterrizaje forzoso.
Con cámaras y muñecos de pruebas a bordo, el avión fue estrellado de forma controlada, revelando datos cruciales sobre la seguridad en distintas partes de la aeronave.
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La cabina y los asientos de la parte delantera y central del avión fueron identificados como las zonas menos seguras, mientras que los asientos cercanos a las alas mostraron una relativa seguridad. Sin embargo, la sección de cola fue señalada como la más segura, donde las posibilidades de sobrevivir, incluso ilesos, eran mayores. Esta información arrojó luz sobre la importancia de la ubicación dentro de un avión en caso de accidente.
El experimento no solo proporcionó datos sobre las áreas más seguras en un avión, sino que también destacó la importancia de la posición de impacto para minimizar lesiones. A pesar de la espectacularidad del evento, su relevancia en la mejora de la seguridad aérea fue innegable, desafiando las simulaciones por ordenador con datos reales y concretos.
Desde entonces, la industria aeronáutica ha continuado explorando nuevas formas de garantizar la seguridad de los pasajeros, desde la implementación de tecnologías innovadoras hasta la revisión constante de los protocolos de seguridad.
