Tres hombres fueron rescatados por la Guardia Costera y la Marina de Estados Unidos luego de quedar varados en una isla durante una semana. El hallazgo de los náufragos ocurrió gracias a la creativa forma con la que ellos mismos pidieron auxilio: escribieron la palabra “Help” (ayuda, en español) en la arena con hojas de palmeras.

El grupo de marineros se encontraba en un atolón (un conjunto de islas pequeñas) en los Estados Federados de Micronesia y su plan era viajar durante el domingo de pascuas hacia el atolón Pikelot, ubicado a unos 185 kilómetros de distancia desde su punto de origen. Sin embargo, nunca llegaron a destino.

Casi una semana después, un familiar de una de las tres víctimas llamó al Subcentro Conjunto de Rescate (JRSC) de Guam para advertir lo que ocurría. Entonces, se coordinó un operativo conjunto entre la Guardia Costera y la Marina de Estados Unidos. No obstante, hubo demoras en el comienzo de la búsqueda debido a la disponibilidad de equipos de rescate y a las condiciones climáticas.

El ingenio que salvó a tres náufragos en una isla remota

Cuando el operativo pudo comenzar, la Marina envió desde la base de la fuerza aérea en Japón un avión Boeing P-8 Poseidón, mientras que la Guardia Costera mandó al USCGC Oliver Henry, un barco diseñado para búsqueda y rescate. El problema que enfrentaban ambos equipos es que el radio que debían cubrir, según los cálculos que estimaron, era de 144.448 kilómetros.

Sin embargo, los rescatistas se encontraron con una ayuda inesperada: los propios marineros. Chelsea García, coordinadora de la misión, explicó que los hombres dispusieron sobre la arena una serie de hojas de palmera para formar la palabra “ayuda” y “este acto de ingenio fue fundamental para guiar los esfuerzos de rescate directamente a su ubicación”.

Los rescatistas en el Poseidón divisaron las letras a lo lejos y se acercaron para arrojar paquetes con provisiones para la supervivencia de los náufragos. El grupo debía pasar un día más en la isla hasta que llegara la embarcación que los sacara de allí. Hasta entonces, los hombres habían pasado una semana alimentándose con la carne de coco e hidratándose de un pequeño pozo de agua dulce que encontraron mientras exploraban.

El 8 de abril, un avión Hércules sobrevoló la zona, les envió dispositivo para comunicarse y los movió de lugar para que fueran finalmente rescatados al día siguiente. Los marineros se llevaron la sorpresa de que el pequeño barco con el que habían viajado pudo ser reparado y se los devolvieron, listo para su próximo viaje.

Es la segunda vez en cuatro años que la isla Pikelot recibe náufragos

El remoto lugar en micronesia tiene para contar otra historia similar: en julio de 2020, otros tres marinos que se habían preparado para realizar un viaje de 42 kilómetros, quedaron varados en Pikelot. Aquella vez, fue el gobierno de Australia el que respondió al llamado de auxilio.

El desenlace fue similar. Los aviones que enviaron para el reconocimiento de la zona hallaron el término S.O.S. (señal de auxilio) escrito con letras gigantes sobre la arena. Un buque de guerra, que navegaba entre Australia y Hawái, se dirigió hacia el lugar y, en menos de tres días, los desafortunados navegantes fueron rescatados de su naufragio.

 

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