El Barça se jugaba la Liga y la perdió. Podemos criticar algunas decisiones arbitrales, podemos y debemos indagar porque no hay una cámara cenital o un sistema dentro del balón que detecte si entró totalmente o se quedó fuera, pero a falta de seis jornadas se acabó todo. Así que ha llegado el momento de tomar decisiones. No hace falta que sean inmediatas, pero el presidente Laporta deberá que ser claro y contundente.

La primera decisión que no puede esperar es conocer el futuro del entrenador. Y debe ser el club quien tome la decisión. En su día fue el técnico el que propuso una dimisión en diferido, pero ahora tienen que ser Laporta y Deco los que se mojen. Si la dirección deportiva lo tiene claro, que lo expliquen. No valdría ahora decir que Xavi continúa porque se lo ha pensado mejor.

La segunda decisión que tampoco puede esperar demasiado es empezar a conocer el futuro de ciertos futbolistas. Cancelo, que partido tras partido queda retratado, Joao Felix, que tiene categoría de suplente o el propio Lewandowski, que Xavi sustituyó en todo un Bernabéu, son algunos de los jugadores que también tiene que ser el club quien marqué su continuidad por encima de contratos o recomendaciones de agentes.

La tercera es saber vender. Si tienen claro que la única manera de sobrevivir económicamente es vendiendo a Araujo, De Jong o Raphinha, explíquenlo sin pelos en la lengua.

Finalmente, la cuarta decisión pasa por Deco y no es otra que acertar en los fichajes. No es tarea fácil, pero es inadmisible traer a futbolistas como Vitor Roque que no ha aportado nada. Dicho esto, hay que decir que hay motivos para el optimismo. Hay un grupo de excelentes jóvenes futbolistas encabezados por Lamine Yamal que llaman a la esperanza. Eso sí, habrá que hacer muy bien las cosas, explicarlas y dejar de buscar excusas. Esta temporada se ha acabado y de la peor manera. Es el momento de Laporta.

 

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