La producción de maíz de la Argentina, el segundo cultivo en valor en exportaciones luego de la soja y el primero en volumen, se cayó en 6,5 millones de toneladas en solo un mes, según dio a conocer hoy la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en un informe. Según dijeron fuentes del mercado granario a este medio, este tonelaje es equivalente en ventas al exterior por unos US$1200 millones.

La chicharrita es un insecto que puede llevar spiroplasma kunkelii, una bacteria que causa la enfermedad del achaparramiento del maíz, letal en el cereal con pérdidas reportadas del 70 al 100% en amplias regiones en la actual campaña agrícola.

Fue tradicionalmente un problema en el NEA -no hay productos agroquímicos registrados específicamente para su control-, pero este año avanzó a zonas de la región agrícola central. El escalonamiento en las fechas de siembra de maíz, que se acentuó en los últimos años para escapar del estrés hídrico y un invierno que permitió la sobrevivencia de la plaga hicieron explotar su expansión. Es el tema que hoy domina las conversaciones entre productores y técnicos que hablan de un desastre tras la anterior campaña de sequía.

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“De un potencial rebote ante la recuperación hídrica en los maíces tardíos y mejores rindes del temprano a una fuerte caída productiva con respecto a la anterior estimación. La responsable de ese recorrido es la chicharrita, que actúa como vector de una bacteria asociada al cereal, el spiroplasma. De marzo a abril la estimación de producción pasó de 57 a 50,5 millones de toneladas. La caída mensual de 6,5 millones de toneladas en la estimación de producción maicera obedece al spiroplasma”, indicó la BCR en un reporte de Cristian Russo, su jefe de estimaciones agrícolas.

La entidad remarcó que es la primera vez que se realiza un recorte tan fuerte de producción por un “factor no climático”, es decir el avance de esta plaga. Alertó que todavía podría haber más reducciones en la producción del cereal.

“Es la primera vez desde que se efectúan estimaciones que se observa un daño tan importante por un factor no climático. De hecho hace justo un año, que se recortaban, de un mes para otro, 3 millones de toneladas por la ola de calor de marzo 2023. El impacto que está teniendo la expansión territorial de esta plaga y la enfermedad que transmite duplica ese tonelaje y no es factible evaluar hasta cuánto puede terminar restándole al ciclo maicero 2023/24. El fenómeno sigue expandiéndose y evolucionando, exhibiendo fuertes síntomas en áreas lejanas de las zonas endémicas; tal el caso del centro del país. Esta enfermedad ha puesto a la producción de maíz en jaque, ya que la Argentina pasó a sembrar en forma tardía el 65% del área total cultivada debido a los problemas de falta de agua”, remarcó.

De acuerdo al reporte, el rinde promedio nacional estimado para la cosecha del cereal se ubica en 70,4 quintales por hectárea, una merma de 6,5 quintales. En tanto, se “restan” 225.000 hectáreas del área destinada a la cosecha del grano por la enfermedad.

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“Hace un mes atrás se alertaba de la enfermedad, pero el alto nivel poblacional del vector, la chicharrita, es inédito incluso en las provincias en donde esta plaga lleva años instalada. El nivel de evolución que se observa semana a semana en los cultivos desconcierta”, dijo el reporte.

Daños

Explicó que Chaco es probablemente la provincia más afectada. “Más allá de los reiterados controles (hasta cinco aplicaciones) y la puesta en práctica de todos los protocolos habituales que se realizan para minimizar el impacto de la plaga, que suele estar en el orden del 5% de daño como mucho, en este año el daño se disparó. Hay localidades puntuales, como Gancedo, donde se está dando por perdida entre el 50 al 70% del área sembrada. De lo que se está cosechando en forma adelantada, porque las cañas se quiebran y las mazorcas caen, los rindes oscilan entre 25 y 35 quintales por hectárea, siendo en muchos casos lotes de alta tecnología. Es un escenario provincial sumamente crítico, donde se están estimando algo más de 100.000 hectáreas perdidas y un rinde de promedio 33 quintales por hectárea”, detalló.

Entre otras zonas, en la región central, en Córdoba por la chicharrita no se podrá superar las 20 millones de toneladas estimadas de cosecha. “En Córdoba los primeros ajustes por la plaga desbaratan las expectativas que había de superar los 20 millones de toneladas y restan casi 2,7 millones de toneladas y el rinde provincial se estima en 9,7 quintales por hectárea [menos]. En Santa Fe, la reducción se estima en más de medio millón de toneladas, pero los buenos resultados de la cosecha del [maíz de siembra temprano] en el sur Santa Fe están conteniendo el daño productivo en 460.000 toneladas”, apuntó.

 

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