Los hay quién solo piensan en jugar y disfrutar, como Cruyff. Los hay quién solo piensan en ganar, como Luis Aragonés. Y los hay quién solo piensan en competir. Lo bueno de estos últimos es que, normalmente, cuando compites, compites y compites acabas ganando. Es lo que le ha pasado al bueno de Dani Vivian en su vida.

Más información (Auto)

99418123

Mientras los niños de su clase en el colegio San Viator jugaban para divertirse, él solo pensaba en competir. En un campo de fútbol de barro de Vitoria o un tatami. Y es que la historia del ahora central del Athletic es de las de libro. De luchar todo como nadie para llegar a lo más alto. Ahí está, con 24 años, preparadísimo para ser titular en la gran final de la Copa del Rey ante el Mallorca.

Image ID:
100684853
Dani Vivian, en su etapa de formación
Instagram
/clip/6a8c4b1d-28a3-4e77-83d3-e2e0393fd1a5_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg
1200
675

Se ha preparado toda la vida para ello. Desde pequeño. Desde que, con siete años, tenía que compaginar el fútbol con el judo. «Durante casi diez años estuvo compaginando el fútbol con el judo. Él no quería jugar ni hacer tonterías, a él lo que le iba era competir. Por eso desde pequeño Dani ha estado compitiendo. Lo ha hecho en muchos sitios: campeonatos de España, de Euskadi… incluso de Francia. Él los ganaba todos. En Francia recuerdo que incluso le ponían rivales más mayores o cambiaban normas para que no ganara. Y ni aun así. No era el mejor en llaves, pero nos decían: ‘Es que tiene un ADN competitivo que es increíble'», recuerda José Vivian, padre del jugador. Y ese ADN lo trasladó al fútbol.

«Pasábamos los siete días de la semana entrenando»

A Dani no le importaba salir de un entrenamiento de fútbol e irse corriendo al de judo. «Nosotros pasábamos los siete días de la semana entrenando judo y fútbol», relata. Semanas repletas de entrenamientos que su padre terminaba de completar. Porque a lo que hacía en fútbol y judo, Dani también tenía otro entrenador personal. Junto con su hermano Jonathan, Dani hacía deporte cada día con su padre: «Hacíamos carrera continua, series, juegos… No solo hacíamos físico, a veces charlábamos o dábamos un paseo».

Image ID:
100684945
Vivian, en sus primeros meses en el Athletic
Instagram
/clip/cb192981-cadb-4ca9-8bc3-792262c5e16c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg
1200
675

No le importaba entrenar y entrenar, igual que tampoco moverse por distintos clubes de Vitoria. Quería competir, se movía «por la esencia del club». Hasta que se decidió a dar un paso adelante y acercarse al Athletic: «En todos los clubes le decían que no le podían ofrecer todo lo que él era capaz de hacer. Él exigía mucho. Por eso dijo: ‘pues me voy a acercar al Athletic’. Y por eso se fue al Santutxo».

En 2015, Dani Vivian firmaba por el Santutxo, cuyo presidente era el padre de Ibai Gómez, y la historia cambió por completo. Iba y venía cada día de Vitoria a Santutxo, club donde acabó por encumbrarlo. Solo una temporada después, el Athletic Club picaba a su puerta. Cuentan que en el club bilbaíno no entendían cómo ningún ojeador se lo había llevado antes.

Image ID:
100685017
Dani Vivian, en su etapa en el Mirandés cedido
Instagram
/clip/004a9768-f626-467d-b624-eb165ce89d5e_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg
1200
675

Hoy, la historia ya es de sobras conocida. De estar en un filial bilbaíno como el CD Basconia a regresar al Athletic después de una grandísima cesión al Mirandés. Ahora, Dani Vivian es titular con su Athletic, ha debutado ya con la absoluta de la Selección española y estará en una final de Copa del Rey. Compitiendo. Lo que ha hecho toda su vida.

 

Facebook Comments