A la hora de salir de la casa, las personas llevan adelante una serie de acciones, como corroborar si se llevan el teléfono y las llaves, fijarse que no quede el gas de la cocina abierto y apagar las luces. Además, muchos deciden ir al baño “por las dudas”, en caso de que tengan que pasar un rato largo sin poder hacerlo, aunque no tengan ganas en ese momento. Según una experta, no es lo más recomendable y hay que evitar ese hábito.

Suele ser algo que los padres le inculcan a sus hijos desde que son pequeños, para evitar que luego, en el auto o en un evento de cualquier tipo, quieran ir y no puedan. Una fisioterapeuta especialista en salud pélvica, Tiffany Sequeira, dio a conocer que esa costumbre podría causar problemas en la vejiga a futuro.

En diálogo con Metro, la mujer mencionó que el hecho de obligarse a orinar es “en realidad, un hábito muy malo para la vejiga”; además, explicó: “Ir a orinar cuando no sientes la necesidad inmediata de hacerlo hace que tu vejiga se vacíe, cuando en realidad aún no está llena”.

Además, explicó que en el caso de hacerlo con frecuencia, las señales entre el cerebro y la vejiga pueden confundirse y provocar, en un futuro, problemas importantes al respecto. Tiffany contó que, en general, cuando la vejiga se llena, la orina presiona contra la pared, y esto es lo que envía una señal directa al cerebro para decir que hay ir al baño. Pero, en el caso de ir antes de dicha señal, las cosas se pueden mezclar.

“Emplear esa primera señal para orinar (o peor aún, cuando no sientes la necesidad de orinar) puede provocar una disfunción de las señales de la vejiga”, sostuvo la especialista, mientras que agregó: “Con el tiempo, la vejiga se acostumbra a orinar a una capacidad menor de lo normal, lo que resulta en una ‘vejiga débil’”.

Las recomendaciones para prevenirlo

La experta recomendó algunos ejercicios para ayudar al suelo pélvico a sostener la vejiga, los intestinos y el útero, y prevenir esta situación que puede generar dificultades. En el caso de querer encontrar los músculos del suelo pélvico, se aconseja que la persona imagine que está intentando detener el flujo de orina a mitad de camino.

Con respecto a eso, el Servicio Nacional de Salud en Reino Unido (NHS) sugiere sentarse cómodamente y, luego, simplemente apretar los músculos de 10 a 15 veces. Para hacerlo, es importante no contener la respiración ni apretar los músculos del estómago, las nalgas o los muslos al mismo tiempo.

Una vez dominado esto, es posible que desees intentar mantener cada apretón durante unos segundos y, a medida que avancen las semanas, podrás agregar más contracciones a tu rutina del suelo pélvico. Claramente, es importante tomar conciencia y no excederse con los ejercicios, además de tomarse un descanso entre series.

Por otro lado, hay que tener en cuenta una considerable recomendación, que es que bajo ningún motivo hay que aguantar las ganas de orinar, puesto que al hacerlo puede provocar disfunciones debidas a la distensión de la vejiga, lo que hace que aumente de tamaño y no funcione como es debido.

 

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