La boda fue espectacular. El 8 de julio del año pasado, Tamara Falcó e Íñigo Onieva celebraron su unión ante cuatrocientos invitados en El Rincón, una de las propiedades más imponentes de la familia de la novia, hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó. Pero el tiempo fue pasando y los flamantes marido y mujer, después de una larga luna de miel de 32 días por África y la Polinesia francesa, se encontraron con que no habían recibido tantos regalos por su casamiento como esperaban. La propia Tamara, VI marquesa de Griñón, lo reveló en una entrevista que le hicieron en el programa Martínez y Hermanos del canal Cuatro de España: “Hubo un 60 por ciento de la boda que no nos regaló”, dijo ante la sorpresa del conductor, Dani Martínez, que le preguntó por qué había pasado eso. “Esa pregunta también me la hago yo”, replicó Tamara, todavía sorprendida por el comportamiento de la mayoría de sus invitados.

Los problemas con los presentes de la boda no terminan ahí, porque la marquesa e influencer tampoco encuentra algunos de los obsequios que sí les hicieron. “Por ejemplo, un cuadro grande, no entiendo, no aparece, me han enseñado la foto del cuadro, la señora no está mintiendo, pero no aparece…”, añadió ella, que jura que no se desprendió de ninguno de los presentes, aunque fueran objetos repetidos. “La gente lo hace con mucho cariño, me he quedado con todos, no le he dado nada a nadie. De hecho, he tenido que habilitar un espacio en el garaje para poder poner todos los regalos porque a la gente le encanta regalarte vajilla”, contó.

Ya más relajada, después de ese asunto que evidentemente la fastidió, Tamara rescató en la entrevista lo bueno de su nueva vida de casada: “Tengo un hombre con el que me despierto todas las mañanas”, dijo sobre Íñigo, de quien había estado separada en 2022 por una supuesta infidelidad de él, aunque luego lo perdonó, siete meses antes de jurarse amor eterno.

 

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