Como si hubiera recibido una fuerte embestida del famoso viento Zonda, cuyo inminente arribo a Mendoza impidió la realización del amistoso el 17 de noviembre pasado, River sufrió un duro golpe al perder por 4 a 0 ante Independiente Rivadavia en el estadio Malvinas Argentinas.

Generalmente los partidos de estas características no sirven para sacar demasiadas conclusiones porque hay más cambios que los previstos en el reglamento, las cuestiones tácticas entran en el desorden ante tantas modificaciones y ni siquiera está la herramienta del VAR para corregir posibles errores. Sin embargo, la noche mendocina expuso el flojo rendimiento de una versión alternativa de River integrada por muchos jugadores que durante los entrenamientos de cada semana en el predio de Ezeiza deben convencer a Martín Demichelis para ganarse la titularidad. Casi todos quedaron en deuda: desde Manuel Lanzini, que llevaba 62 días sin jugar tras sufrir un desgarro en el bíceps femoral derecho en la pretemporada, hasta Matías Kranevitter, nuevamente lejos de la versión que mostró cuando emigró a fines de 2015, pasando por los marcadores centrales Sebastián Boselli y David Martínez, recientemente recuperado de un traumatismo con edema óseo en el tobillo derecho.

Aunque tuvo la pelota durante la mayor parte del amistoso, River careció de variantes en el ataque, donde Facundo Colidio fue el único delantero definido en el 4-3-2-1 que dispuso Demichelis. Al equipo le faltó sorpresa y cambio de ritmo para desarmar la línea de cuatro del conjunto conducido por Martín Cicotello, cuyo principal objetivo es salir cuanto antes del último lugar de la tabla de promedios. De no ser por las estadísticas implacables en la Copa de la Liga, sería imposible creer que Independiente Rivadavia, rápido y preciso para lastimar a través de los contragolpes, es el mismo equipo que dejó en ridículo a un rival que todavía ostenta 17 partidos consecutivos sin perder oficialmente, producto de nueve triunfos y ocho empates.

Las resoluciones de Fabrizio Sartori y Juan Manuel Vázquez, responsable de la exquisita asistencia en la apertura del marcador, hicieron que River se fuera dos goles abajo al descanso. Consciente de que en una provincia donde el equipo millonario suele sentirse cómodo por el apoyo de sus hinchas, Demichelis quiso torcer el rumbo con una propuesta audaz en cuanto al pizarrón porque pasó a utilizar tres zagueros en el fondo en el segundo tiempo. La idea fracasó porque mantuvo la fragilidad para recuperar el balón en el medio y, para colmo, la pasó peor que en el primer tiempo en cada réplica de la Lepra mendocina.

Diego Tonetto, con un zurdazo de tiro libre, amplió la diferencia y el ingresado Federico Moreno tuvo su desquite personal cuando anotó el cuarto tanto y festejó pese a que hasta noviembre pasado era uno de los integrantes de la reserva de River. Al no tener la oferta para firmar su primer contrato como profesional, el delantero nacido en San Nicolás de los Arroyos quedó libre y, luego de varias semanas de búsqueda, llegó a un acuerdo con el club recientemente ascendido.

Desconcertado como en la inolvidable noche del mítico estadio Maracaná, cuando Fluminense le ganó 5 a 1, River buscó el arco de enfrente sin suficiente convicción. Rodrigo Aliendro, uno de los ocho futbolistas que puso Demichelis en la segunda parte, estrelló un derechazo en el travesaño. El resto de los intentos no le provocó riesgo al arquero Mariano Monllor.

Sin la sonrisa nerviosa que lo caracteriza en circunstancias difíciles, Demichelis quedó atónito. Apenas pudo cruzar un saludo con Emmanuel Mas, el experimentado lateral izquierdo de Independiente Rivadavia, antes de meterse en el vestuario con la enorme frustración de recibir una goleada que le quitó su invicto diez partidos en los amistosos formales desde que dirigió su primer encuentro el 22 de diciembre de 2022, frente a Unión La Calera (Chile).

Tanto el DT, quien no tenía previsto hablar en conferencia de prensa pero que sí podría haberlo hecho con la transmisión televisiva, como sus jugadores se fueron de la cancha en silencio. El vuelo chárter de regreso a Ezeiza para arribar durante la madrugada del sábado serviría para que Demichelis y sus colaboradores analizaran algunos rendimientos individuales pensando en el partido del próximo viernes contra Huracán y, especialmente, con la mira puesta en el debut ante Deportivo Táchira en Venezuela, el martes 2 de abril, por la primera fecha correspondiente al Grupo H de la Copa Libertadores.

Los goles del partido

 

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