Lamine Yamal empezó a jugar en el Barça con el Prebenjamín. Un año antes Héctor Fort y Marc Guiu también se estrenaron en el equipo de menor edad de la cantera del FC Barcelona con solo siete años. Pau Cubarsí ingresó en la cantera culé en edad alevín. Todos ellos iniciaron su etapa en La Masia jugando en el formato de fútbol-7. No es una casualidad. Y todos ellos tienen un nexo de unión: Marc Serra. El técnico manresano coordina el fútbol-7 desde hace más de 13 años y los frutos son innegables.
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Jose Ramon Alexanko y Toni Hernández son los máximos responsables del fútbol base del Barça. Ellos marcan las directrices principales pero necesitan del trabajo de los coordinadores para atender todas las obligaciones y necesidades del complejo engranaje de la cantera del Barça. Sergi Milà es el coordinador del fútbol-11 (Juvenil A-Infantil B) mientras que Marc Serra lo es del fútbol-7 (Alevín A-prebenjamín).
Alexanko confía en el buen hacer de Marc Serra como antes lo hicieron Jordi Roura y Aureli Altimira y en su momento Guillermo Amor y Albert Puig Ortoneda. De hecho, el de Cambrils fue el que decidió contratar a Serra cuando este destacaba como entrenador en las categorías inferiores del Gimnàstic de Manresa.
El descubridor de Marc Serra
SPORT ha contactado con Albert Puig Ortoneda , el coordinador del fútbol base del Barça en el 2010 que decidió apostar por Serra: «Marc llegó en un momento en el que apostamos por técnicos que destacaban en diferentes clubs de Cataluña y aunque en su primer año entrenó al Benjamín A enseguida creí que era el hombre adecuado para dirigir el Alevín A por sus conocimientos y habilidad en el trato humano y porque a la vez podía coordinar el fútbol-7 gracias a un talento especial para la captación».
Puig tuvo la visión de «darle mucha importancia a un fútbol-7 que en aquel entonces no teníamos tan controlado».
Los éxitos de Marc Serra
Serra afrontó con una gran ambición la idea de conseguir que las plantillas captadas en el fútbol-7 fueran la base de los equipos infantiles, cadetes y juveniles de los siguientes años. La idea era avanzarse a todos los clubs para detectar el talento y así ganar tiempo para formar y educar a los niños en el modelo Barça. Fue un éxito.
La lista de jugadores que han pasado por las categorías benjamines y alevines y están destacando como profesionales es larguísima. Desde los Xavi Simons, Ilaix Moriba, Arnau Martínez, Robert Navarro, Take Kubo, Gavi, Alejandro Balde, Nico González, Ansu Fati, Óscar Mingueza o Eric García podríamos seguir con los actuales Lamine Yamal, Cubarsí, Marc Guiu, Héctor Fort y los que suben como Pau Prim, Marc Bernal, Toni Fernández, Quim Junyent, Guille Fernández y un largo etcétera.
Fue clave el cambio de la federación catalana que decidió, con Xavi Torres y Joan Vilà, que el fútbol alevín dejara el formato de fútbol-11 para pasar al fútbol-7, que entonces era solo para los benjamines. El Barça pasó de tener a dos benjamines como representantes del fútbol-7 a llegar en pocos años a disponer de nueve equipos, desde el prebenjamín hasta el alevín A. Toda esta transición fue posible gracias al trabajo de Marc Serra y todos los formadores de la casa.
Un carácter contagioso
Antes de llegar al Barça, Marc Serra logró una merecida fama por sus excelentes resultados con los alevines del Gimnàstic de Manresa. En el Barça siempre ha demostrado un fuerte temperamento que ha logrado inculcar a sus futbolistas. Sus jugadores lo consideran «una bestia competitiva» aunque sin olvidar que el primer objetivo es la formación.
Marc Serra siempre ha conseguido ganar las Ligas en las que ha participado y superó con creces la prueba de dirigir al Cadete B y Cadete A con generaciones que no habían logrado grandes resultados. En el fútbol-7 lo ha ganado casi todo, así como numerosas Promises y torneos en los que competían sus equipos.
Un activo del club
La exigencia en los partidos y entrenamientos a los jugadores siempre ha sido máxima pero todo ello combinado con un trato humano espectacular y una capacidad de socialización enorme. Como coordinador una de sus mejores virtudes es la capacidad para delegar. En su momento con David Sánchez o Albert Puig Alcaide o ahora con Pol Combellé, Serra sabe ofrecer libertad a sus ayudantes pero a la vez controlar con rigor el trabajo hecho. Su relación con los padres es siempre cordial y se los acostumbra a ganar con un diálogo natural, directo y sincero.
Los que han trabajado con él destacan su capacidad de trabajo pero a la vez de destensar momentos difíciles con buen humor. Es también destacable su lealtad y su capacidad para generar un buen ambiente de trabajo.
El fútbol-7 del Barça es una de las claves menos conocidas del boom de La Masia y uno de los activos menos conocidos a nivel popular es el trabajo de Marc Serra, una pieza básica para el engranaje perfecto del fútbol formativo del club.
