El Real Madrid respondió a la victoria del Barça contra la UD Las Palmas sumando los tres puntos ante el Athletic en el Santiago Bernabéu y volviendo a situar la distancia entre ambos equipos en ocho puntos.
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No tardaron los de Carlo Ancelotti en demostrar que la presión ejercida por los azulgranas no iban a notarla, pues solo se habían disputado ocho minutos cuando Rodrygo ya había limpiado las telarañas de la portería de Julen Agirrezabala, titular en detrimento de Unai Simón para que tenga el portero rodaje antes de la final de Copa del próximo fin de semana. La sentencia llegó a un cuarto de hora para el final tras otra brillante acción de Rodrygo, que castigó la inoperancia en ataque de los vascos.
La visita del equipo de Ernesto Valverde al Santiago Bernabéu era una de las opciones con las que contaban en el vestuario del Barça para recortar puntos al Real Madrid, pero los de Ancelotti se mostraron sólidos y, sin la necesidad de hacer un gran partido, lograron su objetivo y redujeron las esperanzas azulgranas de poder revalidar el título de Liga que ganaron la temporada pasada de forma brillante.
De todos modos, los de Xavi, que desde que el de Terrassa anunció que dejará el banquillo el 30 de junio, han ganado 23 de los 27 puntos disputados, no están dispuestos a bajar los brazos y pelearán el título mientras matemáticamente sea posible.
El Bernabéu
Saben que cualquier esperanza pasa por ganar en su visita al Santiago Bernabéu el próximo 21 de abril. Tras los resultados de esta jornada, la distancia entre ambos en caso de victoria de los de Xavi sería de cinco puntos, aunque tienen también la esperanza de poder recortar en la jornada previa al clásico. El Barça visitará a un Cádiz que lucha por la permanencia, mientras el Real Madrid viajará a Palma de Mallorca para jugar contra el equipo de Javier Aguirre, que una semana antes habrá disputado la final de Copa, precisamente ante el Athletic. Son Moix siempre es un estadio complicado y los de Aguirre no pueden dormirse si quieren no pasar apuros para salvar la categoría. Ambos partidos, el del Barça y el del Real Madrid, se jugarán en medio de los dos partidos de cuartos de final de la Champions, con el desgaste que puede suponer para los dos equipos.
Salir del Bernabéu a tres puntos a falta de seis jornadas para el final de la Liga es el objetivo del Barça, obligado a no fallar prácticamente en ningún partido y esperar más pinchazos blancos. Los de Ancelotti tienen tras el Clásico un calendario con un par de salidas complicadas como son las visitas a Anoeta para jugar contra la Real Sociedad y a Villarreal. El Barça, por su parte, también tiene un par de desplazamientos difíciles. Cerrará la Liga en el Sánchez Pizjuán contra el Sevilla y debe visitar Montilivi para enfrentarse a un Girona que cada vez está más cerca de hacer historia y clasificarse para jugar la Champions la próxima temporada. Los de Míchel, de hecho, están a dos puntos del Barça y luchan también por la segunda plaza que permite jugar la próxima Supercopa.
La Liga sigue difícil, pero en el Barça no se van a rendir.
