Con el chocolate a US$10.000 el kilo en Europa, por la crisis en la producción de cacao, que hace difícil la compra de las exquisiteces de Pascua hasta en euros, mirar la situación en la Argentina puede tener otro sabor. Por estos días, hay más preocupación por conseguir repelente para esquivar el dengue que sorprender a los más chicos de la familia con un conejito delicioso.

¿Alguien se anima a revolver plantas en el jardín sin temor a cruzarse un mosquito? Con tanto fervor por la Inteligencia Artificial, hoy a los chicos bien se los puede agasajar con huevos de Pascua virtuales. Sin crema pastelera, a los grandes se los entretiene con rosca, que es lo mejor que sabe hacer la política argentina.

Aunque debieran ser jornadas de oración y reflexión cristianas, en nuestras tierras son de turismo y compras. Todos reniegan del capitalismo, pero cuando llega Pascua pocos mantienen el espíritu religioso y gastan lo que va quedando en la alcancía. “Por cuatro días locos que vamos a vivir, por cuatro días locos te tenés que divertir”, cantaría gustoso hoy Alberto Castillo al cruzar el peaje de Samborombón rumbo a la costa atlántica en este feriado extralarguísimo que combina la conmemoración del milagro de la resurrección de Jesucristo y el inicio del fin de la dictadura militar con el desembarco en las islas Malvinas del 2 de abril de 1982.

En medio de este panorama, al menos 19,5 millones de argentinos viven en la pobreza. Se trata del legado más pernicioso de la presidencia de Alberto Fernández, quien insiste en resucitar en las redes sociales para cuestionar a su sucesor en la Casa Rosada. En la víspera del Jueves Santo, Fernández fue “crucificado” por el hijo de su mentora. “Hay un gobierno que hasta acá en algunas cosas ha demostrado poca distancia entre lo que dice y lo que hace, por más que no comparto nada. Si nosotros decimos ‘vamos a ir a una guerra contra la inflación’, vayamos a una guerra contra la inflación. Verbalizar las cosas no significa que sucedan. Este gobierno, con sus maneras, sus modos, que no comparto ni uno, lo lleva adelante”, sorprendió el presidente del PJ bonaerense y diputado nacional, Máximo Kirchner.

Tan indefendible le resulta Fernández, sobre todo de cara al futuro político del kirchnerismo, que Máximo Kirchner esbozó una ironía: “Que le pongan Conan (al ex Centro Cultural Kirchner), pero que lleguen las cosas a la gente”. ¿Otro milagro de Pascua? Es raro escuchar al kirchnerismo confesar que solo se quedaron en promesas.

 

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