Un grupo de científicos de Corea del Sur ha construido un peculiar dinosaurio robot bautizado como Robopteryx, inspirado en un velociraptor. Esta especie, lejos de parecerse a los que vimos en Jurassic Park, eran pequeños animales emplumados con cierto parecido a un faisán.

A pesar de sus brazos parecidos a alas, los velociraptores no tenían un esqueleto que les permitiera volar. La pregunta, pues, es qué función tenían estas plumas. Esto es lo que esperaban descubrir los investigadores y la respuesta que proponen es sorprendente: sostienen que eran parte de su estrategia de caza.

¿Plumas para cazar?

La hipótesis de los científicos es que los velociraptores y otros dinosaurios cazadores de pequeño tamaño utilizaban sus plumas para asustar a sus presas y conducirlas hacia donde querían, como parte de una estrategia de caza en manada. Así lo sostiene su estudio publicado en la revista Nature.

Los paleontólogos defienden que las presas de los dinosaurios habrían huido con mayor frecuencia cuando los cazadores los asustaban agitando su plumaje, haciéndolos salir de sus escondites. Esto explicaría algunas características que se atribuyen a dicho plumaje, como la presencia de colores y la mayor distribución de plumas en la zona de la cola, que podían sacudir con más fuerza.

El equipo puso en práctica su hipótesis con Robopteryx y observaron que los saltamontes huían cuando el robot agitaba sus alas “emplumadas”. Los velociraptores y sus parientes cercanos comían insectos y presas algo más grandes, cuyas reacciones en presencia de depredadores eran o huir o esconderse.

En este último caso, los cazadores tratarían de asustarlos para hacerles sentir que su escondite no era seguro y debían correr hacia otro, momento en el que el depredador tendría su oportunidad. Agitar los brazos y la cola, sobre todo si las plumas eran de colores vivos, podía ser un método para generar confusión en las presas y dirigir su huida hacia los compañeros de caza.

“Esto podría llevar, a su vez, a la evolución de plumas más grandes y rígidas, que permitirían persecuciones más efectivas y exhibiciones visuales más prominentes”, añaden. Esto explicaría por qué dinosaurios que no podían volar desarrollaron plumajes que, aparentemente, no les servían para mucho o eran demasiado exagerados.

La explicación, sin embargo, no ha convencido a todo el mundo. Algunos paleontólogos ponen en duda que una estructura tan compleja y específica como una pluma evolucionase para contribuir a una estrategia de caza tan específica, habiendo otras muchas maneras más simples de asustar a una presa para que salga de su escondite o, simplemente, buscar otra.

 

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