Nadie puede negar que este Atlético de Madrid es peor sin la figura de Antoine Griezmann. Es el líder, el referente, el encargado de juntar al equipo y el que le pone la nota diferencial en el último cuarto de campo. Cuando no está, el equipo se resiente. No hay nadie como él en el conjunto que dirige el Cholo Simeone. Por eso, cuidarlo se ha convertido casi en asunto de estado.
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El francés cayó lesionado en la ida de los octavos de final de la Champions, regresó tres semanas después para guiar al Atlético a los cuartos y ahora vuelve a estar entre algodones. Se perdió el duelo ante el FC Barcelona, su pasado, y su equipo lo acabó pagando con una durísima derrota que le deja fuera de los puestos de Champions en la Liga.
Tampoco estará con Francia, que lo ha liberado de los compromisos con su selección por esas molestias en su maltrecho tobillo. Ahora, llega el momento de recuperarlo. Como sea. El Atlético irá con pies de plomo, consciente de que no solo necesita la presencia de Griezmann, sino que necesita su mejor versión.
Con el francés a pleno rendimiento, los rojiblancos estarían más cerca de los dos objetivos marcados a día de hoy: pasar a semifinales de la Champions y estar entre los cuatro primeros en liga para asegurarse una plaza en la máxima competición europea la próxima campaña.
‘Pichichi’ en la Champions
En la Champions, Griezmann ha demostrado que ha aparecido cuando se le ha necesitado. Con seis goles, el crack francés es el pichichi de la competición, empatado con Haaland, Kane y Mbappé. Además, fue clave para que el Atlético remontara la eliminatoria ante el Inter, anotando el gol que abría el camino del triunfo y aguantando 105 minutos sobre el verde pese a estar físicamente en horas bajas.
También debe ser más que importante en el ‘sprint’ final liguero. El cuadro colchonero no se puede permitir quedarse fuera de los puestos Champions. Cambiar la dinámica lejos del Civitas Metropolitano debería ser primordial.
