Le costó al Barça, a pesar de jugar contra diez durante más de una hora, ganar a la Unión Deportiva Las Palmas, pero acabó derribando el muro que los canarios construyeron tras la expulsión de su portero gracias a un gol de Raphinha a la hora de juego. Los tres puntos sirven para seguir soñando con la remontada en la Liga y presionar a un Real Madrid que tiene este domingo un difícil partido contra el Athletic. Eso sí, en el Santiago Bernabéu.

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El triunfo azulgrana llegó en la segunda mitad, pero se cimentó en la primera. El plan de partido ideado por Xavi fue el correcto. Intuyó el egarense que García Pimienta no iba a renunciar a sus ideales. Es un técnico con ADN Barça que casa perfectamente con un club como la UD Las Palmas, pues la escuela canaria siempre se ha distinguido por el buen manejo del balón. Su equipo está haciendo una buena temporada con unas señas de identidad características entre las que están la presión, la defensa adelantada y salir desde atrás jugando el balón y sin dar un pelotazo.

Para contrarrestar la idea de los canarios, Xavi, que siguió el partido desde la grada por la expulsión del Metropolitano, apostó por Lamine Yamal y Raphinha para que ganasen la espalda de la defensa canaria con metros por delante para llegar a la portería de Álvaro Valles. Debían ser los centrocampistas, y también Cubarsí, precisos en el pase y estar listo Lewandowski atrayendo a los centrales. Otra de las armas azulgranas debía ser la presión, que funcionó muy bien en los primeros cinco minutos, provocando tres pérdidas visitantes y tres ocasiones claras que se perdieron por sendos fueras de juego.

Con balones al espacio crearon peligro Lewandowski y Raphinha. Al brasileño le anularon un gol en el minuto 19 por fuera de juego. Cinco minutos más tarde, un pase al espacio de Sergi Roberto acabó con Raphinha por los suelos derribado por el portero de la UD Las Palmas, que calculó mal su salida. Álvaro Valles vio la tarjeta roja y el partido cambió.

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Una jugada clave en el partido, Álvaro Valles expulsado tras derribar a Raphinha
Valentí Enrich
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Los canarios se quedaron con diez y decidieron cerrarse en su área con un 4-4-1. El plan de partido del Barça también debía cambiar, pues los ataques pasaban a ser estáticos y los espacios desaparecían. Encontraron Lewandowski, Fermín y Raphinha opciones de remate antes del descanso, pero el larguero y la falta de puntería evitaron el primer gol. Los de Pimienta se fueron al descanso con un buen resultado, pero muy cansados. También favorecidos por el árbitro, que no expulsó a Sergi Cardona por una clara segunda amarilla sobre Lamine Yamal.

Joao Félix

Tras el descanso y unos primeros minutos de la segunda mitad con poco peligro, Xavi ordenó desde las alturas del Olímpic Lluís Companys dar entrada a Joao Félix. Para atacar en estático que mejor que contar con el talento del portugués, que no tardó en mostrar que, cuando quiere, es un jugador excepcional. Un preciso centro suyo al interior del área lo aprovechó Raphinha para marcar de cabeza con una perfecta vaselina que superó a Escandell, un gol parecido a otro que marcó el brasileño la pasada temporada en Pamplona.

Tras el gol, el Barça se tranquilizó, aunque siguió buscando el gol con insistencia para cerrar el marcador. Lo hizo en la última fase del encuentro con Ferran Torres sobre el campo. El ‘Tiburón’ reapareció tras dos meses de baja. También con Vitor Roque, que sustituyó a un Lewandowski que forzó la quinta tarjeta amarilla para estar ante el Real Madrid y descansar contra el Cádiz, un partido que tampoco jugarán Iñigo Martínez y Cancelo. Joao Félix falló un gol cantado y Moleiro estuvo a punto de sorprender a Ter Stegen, pero los los tres puntos se quedaron en Montjuïc.

 

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