En 2006 se encontró un esqueleto en las fosas del Nuovo Lazzaretto en Venecia, donde fueron enterradas muchas víctimas de la peste entre el siglo XV y XVII. Sin embargo, llamaron la atención los restos de una mujer de 60 años que fue enterrada con un ladrillo en la boca. Los especialistas afirman que fue enterrada así porque, en su tiempo, se creyó que se trataba de una vampira. Con esta idea como contexto, un experto forense reconstruyó la forma de su rostro.

Miles son las historias que se crearon a lo largo de la historia con relación a los vampiros, sobre todo a finales del siglo XVII. La creencia era sobre criaturas que, según las distintas leyendas, salía por las noches a chupar sangre de las personas vivas hasta matarlas.

Toda esta “idea” era alrededor de la profanación de tumbas, es por eso que esta mujer, que aparentemente murió a los 60 años, fue enterrada con un ladrillo de piedra en la boca porque los lugareños temían que se “alimentara” de otras víctimas bajo tierra.

Esto era -creer o reventar- muy común en Europa durante la Edad Media. Otro de los rituales para “combatir a los vampiros” era clavarles estacas en el corazón a los cadáveres antes de ser enterrados. En algunas culturas, eran enterrados boca abajo para evitar que encontraran la salida.

La pregunta de los expertos al hallar a la mujer fue saber si, al encontrar este esqueleto con la mandíbula abierta y con un ladrillo en la boca, se buscaba efectivamente evitar que “atacara” a otros muertos.

En las imágenes compartidas se ve a una mujer de pera puntiaguda, cabello canoso y nariz ligeramente torcida. Además de la forma de la cara, el experto forense e ilustrador 3D, Cícero Moraes, retrató el ladrillo que le pusieron en la boca. Con la utilización de escaneos tridimensionales del cráneo estimó la distribución del tejido blando para darle forma al rostro y el resultado sorprendió a muchos.

“Se realizaron estudios para determinar si la colocación del ladrillo fue accidental o deliberada”, indicó el experto brasileño a MailOnline y añadió: “Los resultados rechazaron la primera hipótesis, indicando que la colocación del ladrillo fue intencional y fue parte de un ritual de entierro simbólico”.

En este mismo sentido, la teoría de que esta persona era considerada una vampira surgió a partir de un estudio que realizó el antropólogo forense Matteo Borrini el 2010.

“Los rituales anti vampirismo que conocemos hoy son el resultado de una evolución histórica del mito. El estudio aborda específicamente la creencia de que la inserción del ladrillo hacía imposible que los vampiros se alimentaran y los neutralizaran“, continuó Moraes.

Además, el diseño de esta ilustración permitió probar la teoría de que fue posible insertar el ladrillo en la boca sin dañar la dentadura. “Crucé datos para generar un ladrillo con un tamaño compatible y lo corté de un trozo de poliestireno, que pinté para mantenerlo firme. Luego probé la colocación en mi propia boca, bajo la observación de otra persona, ya que no sabía si funcionaría o no. Funcionó, así que transporté los datos al modelo 3D y allí también fue compatible”, concluyó el forense Cícero Moraes.

 

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