Xavi lo confirmó el pasado Viernes Santo en la rueda de prensa previa al choque contra Las Palmas. Sí. Ha presentado un par de denuncias a periodistas deportivos por lo que entiende que son falsedades y mentiras que dañan su imagen y su trabajo. Según sus palabras, grandes mentiras, que entiende que no debe soportar. Basta ya, clamó. No recuerdo muchos casos y menos el de un entrenador en activo del Barcelona que diera ese paso tan significativo. 

No haré falso corporativismo como muchos pensarán que podemos hacer casi todos, cerrando filas con los denunciados, Se llamen como se llamen y escriban para el medio que escriban. Si realmente escribieron o dijeron falsedades, el técnico no solo está en su derecho, sino casi ante la obligación de hacerlo, de defenderse y de tratar de que prevalezca la verdad. Aquello de que “no todo vale”. Siempre se ha criticado el enorme corporativismo del periodismo y cómo cierra filas en torno al sector. Pero por encima de eso debe estar el prestigio profesional y la defensa de la verdad.

Al resto de periodistas, en caso de ser ciertas las denuncias, las mentiras o falsedades que se puedan escribir en el ejercicio de nuestra profesión, nos perjudican y dañan sobre manera. Si ya de por sí nuestra profesión está denostada, estos hechos o informaciones no ayudan a prestigiarla y nos colocan en el punto de mira de muchos aficionados.

Aplaudir la verdad

Debemos ser los primeros en aplaudir que la verdad y el rigor se impongan a las mentiras y la falsedad. Eso sí, no debe quedar duda de si son falsedades o mentiras lo que se denuncia, en este caso o el caso que sea y afecte a quien afecte. Es un derecho de todos y más de personas públicas que se someten al juzgado diario de todos y que exponen su reputación día tras día como es el caso de Xavi Hernández. 

Incluso, quien nada teme nada le debe preocupar. Los propios periodistas denunciados tendrán la libertad y la oportunidad de demostrar que lo que escribieron o dijeron se ajusta a la realidad o no es falso. Habrá luz y saldremos todos ganando.

Todos hemos cometido y cometemos errores en el ejercicio de nuestro trabajo, como es normal. Alguien te puede pasar una información inexacta o confundirte. Lo que no puede haber es falta de rigor a sabiendas o engañar a los lectores u oyentes con mentiras, que no sé si es el caso. Ya lo juzgarán en su momento. 

Nosotros los periodistas, los deportivos en este caso, tenemos que ser los más interesados en que salga la verdad. El prestigio de nuestra profesión está en entredicho. Debemos ser los primeros interesados en que haya luz y que prevalezca ante las falsedades. Le pese a quien le pese y denuncien a quien denuncien.

 

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