Al revuelo causado por las teorías conspirativas alrededor de Kate Middleton, sus problemas de salud y su desaparición de la vida pública, los británicos acaban de sumar otro tema que suele quitarles el sueño. En las últimas horas, los populares diarios The Sun y The Daily Mail anunciaron en sus tapas que ya fue elegido el nuevo James Bond y que el candidato seleccionado para interpretar al agente al servicio de su majestad es el actor inglés de 33 años Aaron Taylor-Johnson.

Según esas publicaciones, el intérprete ya habría recibido la oferta de parte de la compañía productora de las películas de Bond y estaría a pocos días de firmar el contrato para convertirse en el séptimo actor en interpretar al famoso agente 007 desde el comienzo de la saga en 1962. Consultados por los medios especializados de Hollywood, los productores del film declinaron la oportunidad de negar o confirmar las especulaciones sobre el nombre del reemplazante de Daniel Craig aunque eso no impidió que las redes se encendieran con el entusiasmo de por fin poder ponerle cara al nuevo Bond.

“Me parece encantador y maravilloso que la gente piense en mí para ese papel. Lo tomo como un gran halago”, decía Taylor Johnson sobre el tema en una entrevista con la revista de moda Numéro publicada la semana pasada. Una respuesta que muchos ahora interpretan como uno de los indicios más claros de que la balanza se inclinó definitivamente a su favor y que otros candidatos como Idris Elba -quien a pesar de tener 51 años y haberse declarado demasiado viejo para hacer del espía seguía hasta ahora siendo el preferido del público- quedan definitivamente fuera de carrera.

Otros de los nombres en danza hasta hace pocos días incluían el flamante ganador del Oscar Cillian Murphy, James Norton (Happy Valley) y Damson Idris (Snowfall). En los últimos años, Tom Hardy y Henry Cavill también habían integrado la lista de potenciales Bond. Según los diarios británicos, Taylor-Johnson, conocido por la comedia de acción Kick-Ass, su aparición en el film Tren bala y su participación en la saga Avengers, ya habría recibido el ofrecimiento y el anuncio de su contratación -además de la fecha de comienzo de rodaje en los legendarios estudios Pinewood londinenses- llegaría en cuestión de días.

Algo así como una preocupación de estado que apunta al corazón de la idiosincrasia británica casi tanto como lo hace el misterio alrededor de su futura reina, nadie se toma a la ligera la identidad del futuro James Bond. Especialmente porque, salvo por el caso del actor australiano George Lazenby que interpretó al espía solo en una película (Al servicio secreto de su majestad, 1969), el resto de los intérpretes lo encarnaron en múltiples oportunidades: Roger Moore fue el más longevo con siete películas y Sean Connery lo hizo en seis, mientras que Craig lo interpretó en cinco oportunidades en un lapso de quince años. Un largo compromiso para cualquier actor y especialmente para uno tan ocupado como Taylor-Johnson que este año protagoniza dos films de alto perfil: Kraven El Cazador, con estreno anunciado para agosto, y Nosferatu, de Robert Eggers que llegará a las salas a fin de año.

Un chico fabuloso

Taylor-Johnson, uno de los actores más solicitados del momento tanto en la esfera del cine comercial como en la del independiente, ya tiene experiencia interpretando a un ícono británico. Es que después de años de trabajo como actor infantil, su gran impulso llegó cuando interpretó al John Lennon adolescente en el film Nowhere Boy, dirigido por la realizadora Sam Taylor-Johnson.

Claro que la película puso su nombre en todos los tabloides y no precisamente por cuestiones artísticas: poco tiempo después del estreno del film, la prensa amarilla divulgó que Aaron, de 19 años, y la directora, de 42, habían comenzado un romance durante el rodaje. El escándalo se intensificó cuando se supo que la pareja iba a casarse y que estaban esperando un hijo juntos.

Quince años después de aquel momento, contra todo pronóstico, su matrimonio sigue en pie. Y la carrera del actor pasa por su mejor etapa hasta ahora. Eso incluso antes de todo el barullo relacionado con Bond. De hecho, hasta que se anunció que David Corenswet será el nuevo Superman, el nombre de Taylor-Johnson también circulaba como posible candidato para el codiciado papel.

Más allá de su participación en proyectos taquilleros como Kick-Ass – Un superhéroe sin superpoderes (2010) y Capitán América y el soldado del invierno (2014), el actor también trabajó en películas de autor como Animales nocturnos (2016), por la que ganó un premio Globo de Oro en la categoría de mejor intérprete de reparto, y en Tenet, de Christopher Nolan. El director de Oppenheimer hace pocos meses declaró en una entrevista con el podcast Happy Sad Confused que para él “sería un inmenso privilegio dirigir una película de James Bond”. Además, en la charla, Nolan aclaró que quien decidiera hacerlo debería “esperar al momento preciso en su vida creativa en el que pueda expresar lo que le interesa contar y acomodarlo con las limitaciones inherentes al personaje porque nadie quiere asumir una responsabilidad semejante y hacerlo mal”.

Hay que decir que no hay duda de que el realizador alcanzó ya ese momento ideal gracias a la colección de galardones que acumuló en los últimos meses que culminaron con su triunfo como mejor director en los Oscar hace unos días. Tal vez, esta semana el público en general y los británicos en particular puedan despejar dos incógnitas que los acosan -sin contar con lo que le pasa a su elusiva duquesa-: el nombre del próximo James Bond y la identidad del director que lo llevará de regreso a la pantalla grande.

 

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