WASHINGTON.- Desde el martes, cuando el buque Dali sufrió un apagón total y chocó con el puente Francis Scott Key, la tripulación sigue a bordo del enorme portacontenedores en el puerto de Baltimore. Esto es lo que se sabe hasta el momento sobre los tripulantes y su estado de salud.

¿Quiénes son las personas que siguen en el buque?

En el buque Dali, con bandera de Singapur, hay 21 navegantes. El jueves, Randhir Jaiswal, un vocero del ministerio de Relaciones Exteriores de la India, dijo que 20 de ellos son ciudadanos de su país. Según datos publicados por el Ministerio de Puertos, Transporte Marítimo y Vías Navegables de la India, unos 316.000 indios trabajan como marineros, casi 20% del total global.

Los dos pilotos también siguen en el buque, informó una vocero del Centro de Información Conjunta del puente Francis Scott Key. Ese “comando unificado” maneja la asistencia a los organismos federales y del Estado involucrados en el desastre, así como a la empresa que administra el buque Dali.

Las empresas navieras suelen recurrir a la India, Indonesia y Filipinas en busca de marineros, ya que trabajan por salarios más bajos que las tripulaciones estadounidenses o europeas. A pesar de que los buques aumentaron su tamaño, las empresas también redujeron su personal a bordo, debido a que muchas tareas se automatizaron, dicen los expertos.

“En el primer buque donde navegué había 42 personas, una cifra que se redujo literalmente a la mitad”, dice David Ledoux, un consultor y capitán de buque retirado que empezó a navegar en 1984. Ese buque tenía cerca de un tercio del tamaño del Dali, dice Ledoux.

En el puerto hay otros siete buques donde la tripulación sigue a bordo, dice Joshua Messick, integrante del Centro Internacional de Navegantes de Baltimore, que visitó cada uno de los buques para ver si algún tripulante necesitaba ser transportado a tierra.

¿Cómo está la tripulación?

Jaiswal dice que un miembro de la tripulación resultó herido a causa de la colisión y tuvo que ser retirado del buque para que le suturaran la herida. “Ahora todos están en buen estado de salud”, señaló.

Andrew Middleton, director de un ministerio cristiano en Dundalk, Maryland, dice que el viernes a la mañana se puso en contacto con tripulantes del buque. Le pidieron conexión WiFi y nuevas tarjetas SIM para comunicarse con sus familias. “Apostolado del Mar”, el ministerio que dirige Middleton, coordina sus tareas con ministerios locales y empresas, y preveía entregar algunos de los elementos solicitados este sábado.

Antes del choque, Middleton había llevado a algunos de los miembros de la tripulación a hacer compras por Dundalk. Dice que los hombres se preparaban para hacer un viaje de un mes a Sri Lanka con comida y otros productos esenciales.

La presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, Jennifer Homendy, dijo ante la prensa que el miércoles, cuando embarcó en el buque, había un cocinero preparando la comida en la cocina. “Olía muy bien, yo estaba con mucha hambre”, dijo.

¿La tripulación abandonará el buque?

Todavía no, informó el comando unificado del puente Francis Scott Key. En un comunicado publicado el viernes, las autoridades dijeron que “no tienen un plan para sacar del Dali a los miembros de su tripulación”. En cambio, salvo que haya cambios en materia de seguridad, la tripulación “muy probablemente desembarque cuando el barco sea movido o retirado del agua”.

El viernes, las autoridades dijeron en una conferencia de prensa que mover el buque es un asunto de importancia secundaria frente a la reapertura del tráfico de entrada y de salida del puerto de Baltimore, muy importante para el comercio en la costa este de Estados Unidos. Ledoux dijo que, para mover el buque, primero hay que retirar las partes del puente, verificar los daños bajo el agua y luego solicitar el permiso de las autoridades.

Middleton agrega que, en Estados Unidos, las tripulaciones necesitan documentos de tránsito de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza antes de abandonar el buque y tocar tierra. Un vocero del organismo no respondió cuando se le preguntó si toda la tripulación del Dali estaba autorizada a desembarcar.

Emily Davies y Rachel Weiner

Traducción de Ignacio Mackinze

 

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