En un lago de Bogor, Indonesia, los lirios acuáticos (Eichhornia crassipes) son cosechados para venderse en el mercado; el precio de cada flor ronda el euro. «Los trabajadores comienzan su labor a las seis de la mañana. Se meten en el agua, que puede alcanzar hasta los 2 metros de profundidad en algunas áreas pero que, afortunadamente, no está tan fría», relata Achmad Mikami, quien tomó estas imágenes.

El fotógrafo de 52 años cuenta, además, que lo que más le llamó la atención fueron los curiosos patrones que los agricultores creaban con las flores sobre la superficie del lago.

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