¿Cuánto sabemos realmente sobre nuestro satélite? La Luna ha llamado la atención de la humanidad desde tiempos inmemoriales. No obstante, hemos comenzado a explorarla hace bien poco, y por eso en las últimas décadas no ha dejado de sorprendernos: recientemente supimos que es 40 millones de años más joven de lo que pensaba, y hace unas semanas, que cada año se aleja un poco más de nosotros.

Ahora, un nuevo estudio ha confirmado lo que ya se sospechaba en 2019: que la Luna se está encogiendo, aunque no podamos percibirlo desde nuestra ventana. Gracias a imágenes y datos tomados por la Cámara Orbital de Reconocimiento Lunar (LROC), un equipo de científicos ha podido analizar las características geológicas del satélite y determinar que se trata de un proceso natural que tiene lugar en las tierras altas lunares, incluidas las del polo sur.

Los resultados de la investigación, que estuvo liderada por el Dr. Thomas R. Watters, del Centro de Estudios Planetarios y de la Tierra del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian, han sido publicados en The Planetary Science Journal y revelan que la disminución de la masa lunar provoca grietas y pliegues en su superficie. 

¿Por qué se está encogiendo la Luna?

Para ayudar a comprender la naturalidad de este fenómeno, los investigadores lo equiparan al proceso de encogimiento de una uva: a medida que pasa el tiempo, esta va disminuyendo su tamaño hasta convertirse en una pasa, seca y arrugada.

Pues lo mismo ocurre con la Luna, pero en cifras de tiempo más elevadas: en los últimos cientos de millones de años -que en términos de edad lunar se considera un «pasado reciente»-, nuestro satélite se ha vuelto aproximadamente 100 metros más delgada

La Luna, al contrario que la Tierra, no tiene placas tectónicas, pero el enfriamiento de su núcleo provoca que se contraiga y, del mismo modo que con la pasa, se creen pliegues que serpentean a lo largo de su débil superficie denominados escarpes lobulares, que a su vez actúan como fallas de empuje a medida que la masa lunar continúa haciéndose pequeña.

Si bien muchos de estos relieves fueron reconocidos en las imágenes tomadas por las cámaras panorámicas de las misiones Apolo 15, 16 y 17, ahora los investigadores han detectado catorce más y han determinado que están distribuidos por toda la extensión lunar y no agrupados exclusivamente cerca del ecuador de la Luna, como antes se creía.

¿Cómo afecta que la Luna se esté encogiendo?

Antes de que se extraigan conclusiones: no, el encogimiento de la Luna no afectará a las mareas ni a los ciclos lunares: «Se necesitarían millones de años para que hubiera una diferencia perceptible en el tamaño de la luna a simple vista», explica Watters en el comunicado oficial del Smithsonian. 

Sin embargo, el estudio ha confirmado también que este fenómeno provoca la formación de terremotos lunares que podrían comprometer el alunizaje especialmente en el polo sur del satélite, una región de principal interés para las entidades que tienen previstas misiones espaciales en los próximos años, como Artemis III de la NASA, dispuesta para 2026. 

Así, el estudio no pretende desalentar la exploración espacial de la región, pero sí ofrecer una visión renovada de lo que se piensa sobre la Luna: «Este descubrimiento ayuda a cambiar la creencia común de que la Luna es solo una roca muerta», añade. 

Y en este sentido, los científicos han concluido que, de hecho, algunas de las fallas identificadas son realmente jóvenes: se han formado en el período desde que se lanzó en 2008 la Cámara Orbital de Reconocimiento Lunar hasta la publicación del estudio, lo que demuestra que nuestro satélite todavía es activo y dinámico. 

Facebook Comments