El lunes 8 de enero de 2024 el módulo lunar robótico Peregrine, un vehículo espacial construido por una empresa privada, despegó de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida a bordo del cohete Vulcan. 

Su objetivo principal era completar un alunizaje o «aterrizaje suave» en la superficie de la Luna, siendo la primera nave estadounidense en lograrlo desde 1972, y también la primera misión comercial de la historia. 

Aunque el lanzamiento fue exitoso, no tardaron en aparecer problemas que dificultarían esta meta. Tras el despegue, la nave sufrió una falla en el sistema de propulsión y empezó a perder combustible de forma continuada.

En consecuencia, el alunizaje previsto ya no será posible, y el equipo de expertos está reevaluando qué parte de los objetivos originales todavía se pueden cumplir para optimizar el viaje de Peregrine por el espacio. 

Analizamos todo lo que sabemos sobre la misión y los sucesos que han tenido lugar después de su lanzamiento. 

¿Quién se ha encargado de su construcción?

La propietaria de la sonda Peregrine es la empresa privada estadounidense Astrobotic Technology de la localidad de Pittsburgh, en Pensilvania, dedicada a realizar servicios de transporte de carga útil a la Luna

El módulo de aterrizaje lunar mide aproximadamente 1,9 metros de alto y 2,5 de ancho, y cuenta con motores y propulsores para maniobrar durante su viaje y también en el descenso sobre la superficie lunar. 

No obstante, el vehículo que permitió que la sonda se lanzara al espacio ha sido construido por la compañía United Launch Alliance (ULA), proveedor de lanzamiento de naves espaciales. Se trata del cohete Vulcan, una versión mejorada del Atlas V, de 61 metros de longitud, cuyos motores principales han sido proporcionados por Blue Origin, la compañía espacial de Jeff Bezos. 

¿Qué carga lleva la nave? 

Peregrine 1 es una misión comercial llevada a cabo por una empresa privada, lo cual significa que Astrobotic puede vender su espacio de carga a otras empresas, agencias espaciales, instituciones y universidades a nivel internacional. 

Uno de estos clientes es ni más ni menos que la NASA, quien ha contratado la cápsula Peregrine por 108 millones de dólares para enviar sus experimentos científicos y explorar la superficie lunar antes de enviar astronautas.

Utilizando los servicios de carga útil de empresas privadas la NASA corre algunos riesgos adicionales, pero el coste es mucho menor que el de construir y lanzar sus propias misiones lunares

Sin embargo, aunque la NASA sea su principal cliente, la misión Peregrine fue contratada también por otras empresas para transportar cargas como un roverconstruido por estudiantes de la Universidad Carnegie Mellon, un grupo de pequeños robots de la agencia espacial mexicana, artículos culturales e incluso unos polémicos restos humanos incinerados

¿Dónde y cuando querían aterrizar?

La previsión para la nave era alunizar en Sinus Viscositatis, una llanura adyacente a los domos de Gruithuisen ubicados en el límite noreste del Oceanus Procelarum, el mayor de los mares lunares, en la cara visible de la Luna.

Su aterrizaje estaba previsto para el 23 de febrero de 2024, seguido de un periodo de unos 10 días terrestres para que el módulo pudiera llevar a cabo distintas operaciones. 

¿Qué ha pasado con la misión?

Los expertos de Astrobotic diseñaron una trayectoria para el módulo lunar que finalmente no se podrá cumplir. La nave daría una vuelta y media alrededor de la Tierra para después entrar en la órbita lunar entre 2 y 3 semanas después de despegar

El inicio fue un éxito: el cohete completó la etapa inicial de vuelo y el módulo lunar se desprendió de él tras aproximadamente una hora. No obstante, horas más tarde el sistema de propulsión falló, evitando que los paneles solares se orientaran hacia el Sol para poder cargar su batería. 

A pesar de las maniobras de estabilización realizadas por el equipo líder, la nave sufrió una pérdida considerable de combustible que redefiniría los objetivos planteados para la misión: el alunizaje ya no sería posible. 

Dadas las circunstancias, los expertos de Astrobotic están evaluando qué datos pueden obtener del viaje para aprovechar la misión a pesar de no poder cumplir su objetivo inicial. 

¿Qué otros objetivos querían cumplir?

La carga enviada por la NASA a bordo de la sonda Peregrine pretendía localizar moléculas de agua en la Luna, medir la radiación y los gases, y evaluar la exosfera lunar para mejorar nuestra comprensión de la interacción de la radiación solar con la superficie lunar.

Los datos obtenidos de estos análisis se proporcionarán al conjunto de instrumentos Lunar-VISE que tienen previsto aterrizar en los domos de Gruithuisen en 2026, además de otras misiones tripuladas que podrían tener lugar esta década

¿Qué controversia hay con las cenizas humanas?

El envío de restos humanos y ADN a la Luna ha sido considerado como una profanación de nuestro satélite por el pueblo indígena Navajo, cuya cultura y espiritualidad está ligada a este cuerpo celeste. 

Por este motivo, la Nación Navajo se ha opuesto abiertamente al envío de las cenizas humanas que viajan a bordo del módulo lunar Peregrine a través de un comunicado oficial y una carta dirigida a la NASA, pidiendo que el lanzamiento se pospusiera. 

En respuesta, la agencia espacial ha apuntado que no tiene control directo sobre la misión y las cargas útiles que no son de su propiedad, una responsabilidad que recae en Astrobotic, pero que apoyará que se produzca una reunión intergubernamental entre la Nación Navajo y la empresa.

El fracaso de la misión ha puesto freno a estas quejas, pero sin duda se trata de una cuestión que quedará pendiente de resolver de cara a futuras misiones que puedan llevar una carga similar.

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