La antigua ciudad inca de Machu Picchu en Perú es un sitio arqueológico de gran interés histórico, Patrimonio de la Humanidad cultural y natural de la Unesco desde 1983 y, sin lugar a duda, una de las mayores atracciones turísticas del mundo. 

Allí se producen miles de visitas diarias de viajeros que se desplazan desde todas partes del globo para conocer una de las siete maravillas.

Es bien sabido que la relación entre el turismo y la vida local suele mantener un delicado equilibrio en muchas partes del mundo y Machu Picchu no es ajeno a esta realidad: a la larga pueden aparecer problemas de conservación, especulación y aumento de costes, entre otros. 

Sin embargo, no podemos olvidar que en la región habitan comunidades locales que dependen en gran medida de la actividad turística, a la cual aportan servicios de hostelería, alojamiento o visitas guiadas. 

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Desde el pasado jueves 25 de enero, ha tenido lugar en Machu Picchu un bloqueo por parte de gremios turísticos y residentes, que protestan contra el Gobierno peruano por su polémica gestión del acceso al sitio.

En diciembre de 2023 este adjudicó la venta de entradas a la empresa privada Joinnus, decisión que el sector ha considerado una «privatización sistemática» del patrimonio cultural que podría dañar los proyectos locales. 

Las manifestaciones han provocado el cierre de negocios y han paralizado el tránsito ferroviario de acceso a la ciudadela, dejando a cientos de turistas varados en las montañas andinas, sin poder llegar a la antigua ciudad o regresar a su punto de origen. Finalmente tuvieron que ser evacuados. 

El Gobierno, por su parte, sostiene que esta nueva situación acabará con la venta de entradas en el mercado negro y permitirá gestionar mejor el número de visitantes que recibe la ciudad, imponiendo un nuevo límite de 4.500 personas por día.

Las agencias responsables de la preservación de Machu Picchu habían advertido sobre los riesgos que la acumulación de personas conlleva para este paraje natural único. Ya en 2023, algunas áreas tuvieron que cerrar temporalmente debido al deterioro producido en algunos elementos. 

Sin embargo, las economías locales serían las grandes perjudicadas de esta situación, y exigen una búsqueda de soluciones alternativas. Las negociaciones entre manifestantes y los Ministerios de Cultura y de Comercio Exterior y Turismo por ahora no han sido fructíferas, por lo que las protestas y el bloqueo seguirán en pie por el momento. 

el gran santuario del imperio inca

Construido en el siglo XV como santuario religioso entre la frondosa vegetación de los Andes orientales, Machu Picchu contaba con una población de unos mil habitantes de las altas esferas de la sociedad, procedentes de partes muy diversas del Imperio inca. 

En la ciudad se encuentran los restos de centenares de estructuras de piedra destinadas a actos ceremoniales, al uso residencial, y al cultivo de maíz y hoja de coca, muestras indiscutibles de la gran habilidad de los incas para la arquitectura y la ingeniería

Desde su redescubrimiento por Hiram Bingham en 1911, el mundo occidental se ha interesado por seguir estudiando el extenso legado de los incas en el sitio arqueológico de Machu Picchu. Pero no están solos: la cantidad de turistas que llegan a la antigua ciudad atraídos por su valor cultural y la belleza de su paisaje aumenta año tras año, esperando conocer los secretos de este sagrado lugar escondido en los Andes peruanos. 

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