Igual que sucede con las personas, los perros pueden tener los ojos de muchos colores distintos; pero el marrón es, con diferencia, el más habitual. La gran mayoría de los perros, salvo los de razas específicas como el husky o el border collie, tienen los ojos de tonalidades marrones más o menos oscuras. Y esto se debe a una razón evolutiva.

Un estudio reciente ha revelado que las personas perciben a los perros de ojos marrones como más cariñosos y menos intimidantes, por lo que este color podría haber sido favorecido durante la domesticación de la especie. Además de esto, hay razones biológicas para que la mayoría de perros tengan los ojos marrones.

Qué determina el color de los ojos de los perros

El color de los ojos de los perros está condicionado por un pigmento llamado eumelanina, que también es el responsable de la coloración del pelo o de la nariz, entre otros. La concentración de este pigmento determina la tonalidad del iris: cuando la luz entra en el ojo, algunas longitudes de onda son absorbidas por la eumelanina; el resto rebotan y producen el color que vemos nosotros.

La eumelanina es, por defecto, un pigmento oscuro; cuanta menos produce un individuo concreto, más claros serán sus ojos. De hecho, los cachorros suelen nacer con un iris más claro – de un color amarillento – y, a medida que se hacen adultos, producen más eumelanina y sus ojos se oscurecen; muchos incluso tienen los ojos azules o verdes al nacer y se les vuelven marrones al crecer. Esta es también la razón por la que algunos perros tienen el pelaje más claro cuando son pequeños.

Los perros que tienen los ojos de un color distinto, como el azul o el verde, poseen un gen particular llamado gen merle, que diluye los colores de los pigmentos de eumelanina haciéndolos de color marrón o gris pizarra. Esto hace que absorban longitudes de onda distintas a lo habitual, lo cual provoca que los ojos reflejen diversas tonalidades de azul o verde. Por otro lado, los individuos con niveles bajos de eumelanina tienen el iris poco saturado de pigmento y por eso sus ojos se ven de color avellana o ámbar.

El color azul o verde es poco común, pero sí es habitual en ciertas razas debido a su aislamiento genético o a la selección mediante cría. Algunas de ellas, además, pueden presentar una rara condición llamada heterocromía, cuyo resultado es que cada ojo sea de un color diferente. Esto se debe a un “fallo” genético que provoca que uno de los dos ojos (el más claro) tenga déficit de eumelanina, pero no afecta a su visión. El husky siberiano, el border collie, el pastor australiano y el gran danés son las razas más conocidas con tendencia a la heterocromía, que también puede darse en gatos.

Por qué los perros con ojos marrones nos gustan más

El estudio llevado a cabo por investigadores japoneses de las universidades de Teikyo y Showa ha revelado que las personas por lo general prefieren a los perros de ojos marrones y oscuros. Los investigadores mostraron a los participantes en el estudio imágenes faciales de perros de 33 razas distintas y descubrieron que “los perros de ojos oscuros eran percibidos como más amigables e inmaduros, lo que potencialmente provocaba respuestas de cuidado por parte de los humanos”.

La explicación a esto parece ser evolutiva: los iris de los lobos suelen ser de color amarillo, ya que poseen menos eumelanina, por lo que los perros de ojos claros tienen una mirada más parecida a la de sus parientes salvajes. Las conclusiones del estudio son que “los humanos prefieren a los perros de ojos oscuros a los de ojos claros y […] los perros con ojos oscuros pueden haber evolucionado adquiriendo un rasgo facial que envía una señal de mirada no amenazante a los humanos”.

Por supuesto, la selección artificial ha jugado un papel fundamental en esto. Los animales con ojos más oscuros habrían sido percibidos como menos amenazantes por nuestros antepasados y habrían tenido más posibilidades de ser tomados bajo su cuidado, de manera que en pocas generaciones la proporción de animales con ojos marrones sería mayoritaria. Además, los estándares de cría para muchas razas caninas favorecen los ojos oscuros.

Para comprobar este punto, se preguntó a los participantes su grado de inclinación a interactuar o adoptar a los distintos perros. También en este aspecto los resultados fueron claros: los perros de ojos oscuros recibieron muchas más respuestas positivas que aquellos de ojos claros. El estudio mostró que los ojos de colores oscuros se asocian a una mayor dependencia e inseguridad, por lo que estos animales son percibidos potencialmente como seres que necesitan cuidado y protección, mientras que los de ojos claros transmiten mayor seguridad e independencia.

Finalmente, los autores apuntan a una explicación alternativa o complementaria: la familiaridad. Los iris de color marrón también son los más comunes entre los humanos – especialmente en Japón, donde se ha realizado el estudio y entre cuya población predominan los ojos marrones y oscuros –, por lo que inconscientemente “prefieren los perros cuyos ojos les recuerdan más a los suyos propios”.

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