El Tyrannosaurus rex, popularmente conocido como T-Rex, es probablemente el dinosaurio más famoso de la historia. Sin embargo, este depredador vivió solo al final de la era de los dinosaurios y se desconoce gran parte de su historia evolutiva. Recientemente se ha descubierto una nueva especie que es su pariente más cercano conocido y que ha sido bautizado como Tyrannosaurus mcraeensis.

La especie ha sido descrita en la revista Scientific Reports a partir de los fragmentos de un cráneo que fueron descubiertos en Nuevo México (EEUU). Inicialmente se pensó que pertenecían a un T-Rex ya que su tamaño y esqueleto son muy parecidos, pero algunas diferencias en la forma y las uniones entre los huesos del cráneo hicieron pensar a los investigadores que se trataba de una nueva especie.

Según el estudio, el Tyrannosaurus mcraeensis vivió hace entre 73 y 71 millones de años, unos cinco millones antes que el T-Rex. Son las dos únicas especies conocidas del género Tyrannosaurus: la nueva especie es, temporalmente y taxonómicamente, la más cercana al Rex. Sus otros parientes pertenecen a una familia más amplia llamada tiranosáuridos (Tyrannosauridae) y, particularmente, la subfamilia Tyrannosaurini, que incluye a los géneros Tarbosaurus y Zhuchengtyrannus aparte del Tyrannosaurus.

La evolución de los tiranosáuridos

De hecho, esta nueva especie tiene características propias del Tarbosaurus que no posee el T-Rex, por lo que podría tratarse de un ancestro común. Este aspecto es uno de los que más ha llamado la atención de los investigadores, ya que la ubicación temporal del Tyrannosaurus mcraeensis corresponde a un punto clave en la evolución de esta familia.

Y es que cuando se estudia a los Tyrannosaurus, hay algo que destaca mucho respecto a los demás géneros de la familia: su rápida curva de crecimiento. Entre los 10 y los 20 años de edad estos dinosaurios podían aumentar su peso en más de 5 toneladas; en comparación, otros géneros de tiranosáuridos cercanos evolutivamente “solo” ganaban entre media y una tonelada en una década.

Esto respondía a una estrategia de crecimiento acelerado que también tenían otros dinosaurios gigantes, como los saurópodos. Y el hecho de que los Tyrannosaurus se encontrasen aislados en una isla continente llamada Laramidia (correspondiente a la costa oeste de Norteamérica), donde abundaban presas de tamaño gigante y también peligrosos herbívoros como ceratópsidos y anquilosaurios, era un impulso evolutivo para que los depredadores alcanzasen tamaños gigantes.

Otro aspecto de interés es que esta especie tan próxima al T-Rex haya sido encontrada en un lugar tan cercano geográficamente: hasta ahora, su pariente más próximo había sido hallado en Mongolia; un lugar completamente separado de Norteamérica durante el Cretácico y que, por lo tanto, dejaba al Rex como una especie aislada cuyo origen era difícil de trazar.

En realidad, se desconocen todavía los orígenes de la subfamilia Tyrannosaurini, que presenta algunos aspectos peculiares: eran especies más grandes y robustas, mientras que la mayoría de los tiranosáuridos eran más pequeños y gráciles: aunque fuesen menos intimidantes, eso también los convertía en cazadores más ágiles y eficaces. De hecho, a causa de su enorme tamaño el T-Rex no habría sido un buen corredor, ya que sus articulaciones no habrían soportado su peso a la carrera.

El descubrimiento del Tyrannosaurus mcraeensis puede ayudar a completar un poco de este rompecabezas evolutivo, todavía muy incompleto, y arrojar algo de luz sobre los orígenes del dinosaurio más famoso de la historia.

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