En esta fotografía aparece un bebé elefante de unos diez días de edad. Al nacer, los elefantes pesan ya sobre 100 kilogramos y su altura ronda el metro. Tan solo unos minutos después de su llegada al mundo, las crías ya son capaces de mantenerse en pie; y unas horas después, ya son capaces de dar sus primeros pasos.

Sin embargo, los bebés elefantes son muy vulnerables ante los depredadores, porque nacen ciegos. En consecuencia, la manada tratará de no dejar al pequeño solo, y si su madre sale a buscar alimento, el resto de hembras cuidarán de él.

Además, durante todo el primer año, la manada reducirá el ritmo de su paso, para que el bebé no se quede atrás. Este, por su parte, caminará siempre detrás de su madre, con la trompa enroscada en su cola.

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