El corremolinos zapatín (Calidris ferruginea) es un ave muy viajera, capaz de recorrer largos trayectos. Es una especie migratoria que en España acogemos únicamente de paso. Los inviernos los suele pasar generalmente en África, pero también en el sudeste de Asia y Australasia; solo muy ocasionalmente, ha sido avistado en Norteamérica.

Las aves realizan estos desplazamientos de miles de kilómetros en la búsqueda de las mejores condiciones ambientales. Pero, ¿cómo consiguen no perderse durante sus rutas? 

Estas aves cuentan con un sistema de navegación interno, más parecido a una brújula que a un GPS. Asimismo, algunas especies son capaces de usar las estrellas para orientarse, y también pueden tomar referencias a partir de accidentes geográficos y líneas de costa. 

Además de las dificultades que supone orientarse, las aves se enfrentan en sus rutas migratorias también a barreras físicas (montañas, desiertos), al desabastecimiento de agua y comida, a los depredadores, a los cambios meteorológicos… La lista es larga.

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