Según estimaciones de la Asociación Española contra el Cáncer, en 2022 se diagnosticaron en España alrededor de 34.740 nuevos casos de cáncer de mama, lo que representa un 30% de todos los casos diagnosticados. Las tasas de supervivencia son generalmente elevadas -de alrededor de un 90%- cuando el tumor está localizado, pero la diseminación de las células cancerosas y la aparición de metástasis complica el pronóstico. Los médicos sabían que una de las culpables de la metástasis es una proteína llamada MAF con un mayor riesgo de desarrollar metástasis, pero se desconocía la razón. 

Ahora, un equipo del Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona liderado por el investigador del ICREA, (Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados), el doctor Roger Gomis, ha revelado el mecanismo por el cual la proteína MAF aumenta el riesgo de metástasis en pacientes con cáncer de mama, un descubrimiento que supone un paso crucial a la hora de entender las bases moleculares de este proceso y que podría dar lugar a nuevos fármacos que eviten la diseminación de las células cancerosas.

El estudio, publicado en la revista especializada Nature Cell Biology desvela cómo la proteína MAF interactúa y modifica la estructura del receptor de estrógenos, un elemento clave en el desarrollo del cáncer de mama. La acción de esta proteína reestructura el ADN y permite la activación de una serie de genes que favorecen la metástasis en respuesta a este estrógeno, lo que hace que las pacientes con un nivel alto de proteína MAF tengan un mayor riesgo de desarrollar metástasis.

La clave para evitar esta proliferación de células cancerosas es que se activen esos genes, algo que se consigue mediante la inhibición de la enzima KDM1A, responsable de la remodelación epigenética. La posibilidad de centrar la diana terapéutica en esta molécula abre nuevas perspectivas en el tratamiento del cáncer de mama. 

Descubrimiento crucial para pacientes jóvenes y premenopáusicas

Estudios previos realizados por el mismo laboratorio ya habían establecido una conexión entre el aumento de la proteína MAF y la resistencia a un tratamiento con bifosfonatos, el fármaco utilizado para prevenir la metástasis del cáncer de mama en el hueso.

La detección de niveles altos de MAF tiene un doble efecto. Por un lado, puede predecir el riesgo de padecer metástasis. Por otro, permite centrar la diana terapéutica en aquellas pacientes que son menos indicadas para el tratamiento con bifosfonatos, estos es, las pacientes jóvenes, a las que este fármaco destinado a la metástasis ósea puede desviar la metástasis hacia otros órganos, con el consiguiente perjuicio en el pronóstico de la enfermedad. 

«Este descubrimiento representa un paso crítico en la comprensión de cómo se propaga el cáncer de mama y abre nuevas oportunidades terapéuticas para el 20% de las pacientes que no pueden beneficiarse del tratamiento con bifosfonatos», explica el Dr. Gomis, jefe del laboratorio de Control del Crecimiento y Metástasis del Cáncer del IRB Barcelona y también jefe de grupo en el CIBER de Cáncer (CIBERONC).

El test para detectar la proteína MAF, ya disponible

A través de la investigación realizada en el laboratorio del Dr. Gomis, se ha desarrollado el MAF Test, una herramienta predictiva disponible para las pacientes con cáncer de mama desarrollada por Inbiomotion, una spin-off del IRB Barcelona y el ICREA que permite identificar a las pacientes con un mayor riesgo de desarrollar metástasis en el cáncer de mama y facilita a los oncólogos la toma de decisiones informadas sobre el tratamiento más adecuado para cada caso.

Además de la detección temprana, los investigadores ya han localizado un inhibidor de KDM1A, actualmente en fase de ensayos clínicos que, de confirmarse su eficacia, podría ser decisivo para cerrar el paso a la metástasis, un paso de gigante para el tratamiento de esta enfermedad.

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